El Aeropuerto de Palma vuelve a estar bajo escrutinio después de que la fuerte lluvia del miércoles provocara filtraciones de agua en la terminal, un problema recurrente que ha afectado a la instalación en los últimos años. Lo que hizo este incidente particularmente notable fue la ubicación: la zona recientemente renovada cerca de la entrada a la terminal A.
La sección afectada incluye un importante espacio comercial y la mayor tienda europea de una reconocida cadena de comida rápida a nivel mundial, ambos parte de una renovación de alto perfil destinada a modernizar la experiencia en el aeropuerto. Sin embargo, a pesar de las mejoras, la infraestructura demostró no ser capaz de resistir la última intensa lluvia.
Fuentes del aeropuerto confirmaron que la filtración de agua no representaba un riesgo inmediato para los pasajeros o empleados. Sin embargo, la vista del agua de lluvia filtrándose a través de la nueva estructura ha suscitado nuevas preocupaciones sobre la calidad y resistencia de las obras de reacondicionamiento.
A medida que se acerca la concurrida temporada de verano, con miles de viajeros esperados para pasar por el aeropuerto de Palma diariamente, las filtraciones plantean preguntas incómodas sobre la preparación de la instalación. Los críticos argumentan que este tipo de problemas no deberían estar ocurriendo en secciones recién completadas del aeropuerto.
Aunque las operaciones no se vieron significativamente interrumpidas, el incidente se suma a la creciente percepción de que el aeropuerto sigue estando mal equipado para hacer frente a eventos climáticos extremos, un problema que podría dañar su imagen durante uno de los momentos más críticos del año.