Fuerza Aérea Española planea construir una base de bombas y misiles en Palma, Mallorca, para almacenar misiles Hellfire.

La base aérea de Son Sant Joan, colindante con el aeropuerto de Palma, dispondrá en breve de un gran almacén logístico, lo que suscitará debate en la comunidad balear. El Ejército del Aire y del Espacio planea construir allí una gran instalación que servirá de depósito para misiles, entre ellos el Hellfire según Confidencial Digital, bombas y diversos materiales explosivos, con una capacidad de alrededor de 75 toneladas. De acuerdo con el sitio web especializado infodefensa.com, el proyecto contará con un presupuesto de aproximadamente 1,8 millones de euros y ya ha sido adjudicado a la unión temporal de empresas formada por MAB, Grupo Render Industrial y Coexa.

Se trata de uno de los proyectos de ingeniería militar más significativos en la historia reciente de las Baleares, cuya ubicación estratégica en el Mediterráneo occidental, unida al espacio disponible del que dispone el Ejército del Aire en Son Sant Joan, convierten a la base de Palma en un lugar de gran valor logístico, siempre dentro de los parámetros de seguridad establecidos por el Ministerio de Defensa. Un vial de acceso para vehículos pesados, una zona de carga y un sistema de seguridad adicional para el tráfico de personal permitirán que la instalación actúe con autonomía ante cualquier contingencia, respondiendo de inmediato a cualquier tipo de emergencia que pudiera surgir.

Según el citado medio, la idea del Ministerio de Defensa es crear un modelo de “iglú resistente a 7 barras”, garantizando la integridad y seguridad del propio personal y teniendo en cuenta la proximidad de un aeródromo civil con un alto tráfico de pasajeros durante todo el año. La superficie útil de este llamativo almacén sería de aproximadamente 27 metros de largo por 9 de ancho, con una altura interior de 4,5 metros, lo que da un volumen total de 1.000 metros cúbicos.

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Para asegurar la fiabilidad de la estructura, los muros laterales y la cara exterior se construirían de hormigón armado de hasta 40 centímetros de ancho o espesor. Por su parte, la zona frontal contaría con un muro de vigas verticales y un dintel con un borde de 1,2 metros, diseñado para soportar el impacto de explosiones o sobrepresión. La cubierta sería una losa de hormigón de entre 40 y 50 centímetros de grosor, coronada con una capa de vegetación de algo más de medio metro de espesor, que actuaría como barrera natural ante una posible onda expansiva, además de servir como andamiaje e integrar la infraestructura en el paisaje.

Una puerta doble de acero sellaría la entrada principal al gran almacen, dejando un acceso de 5 metros de ancho por 3 de alto. Cada una de estas hojas estaría fabricada con chapas de acero de 10 milímetros, reforzadas por seguridad y con bisagras capaces de soportar hasta casi seis toneladas de carga, lo que permitiría a la puerta resistir una explosión interna o una sobrepresión interior, impidiendo a la vez el desplazamiento o proyecciones que pudieran comprometer la seguridad de dicho espacio y su perímetro.

El interior del almacén sería diáfano, equipado con sistemas eléctricos a prueba de explosiones para evitar chispas o descargas accidentales, así como con iluminación blindada y cableado adecuado para estos espacios potencialmente explosivos. Además, existiría un sistema de impermeabilización y drenaje, mientras que el exterior dispondría de una red de bocas de incendio y puntos de vigilancia y control de incendios.

Según informa infodefensa.com, el límite técnico de almacenamiento sería de 75.000 kilos de material explosivo, aunque la distancia del aeropuerto reduciría esta cifra, estableciendo una cantidad práctica de entre 1.200 y 2.900 kilos, en función de los materiales o el volumen de material almacenado.

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El mismo medio afirma que los estudios de carga estiman que este almacén podría albergar combinaciones de entre 20 y 32 misiles, además de bombas guiadas o misiles ligeros aire-tierra. El diseño en forma de iglú proporciona una mayor protección en caso de incidentes graves, con su ubicación semi-subterránea mejorando el control climático y haciéndolo menos perceptible dentro del entorno singular de Son Sant Joan y la base aérea.

La noticia reportada por infodefensa.com llega en un momento de alta tensión internacional, con Mallorca en el epicentro de eventos como la presencia del portaviones estadounidense Gerald R. Ford en la bahía de Palma, dentro de un contexto turbulento, con conflictos a gran escala como el de Gaza y la guerra entre Rusia y Ucrania.

El AGM-114 Hellfire es un misil estadounidense desarrollado para uso antitanque, posteriormente adaptado para ataques de precisión desde drones contra otros tipos de objetivos, especialmente de alto valor. Originalmente se desarrolló bajo el nombre “Heliborne laser, fire-and-forget missile”, lo que llevó a que el nombre coloquial “Hellfire” acabara convirtiéndose en la denominación formal del misil.

Posee una capacidad de precisión multimisión y multiblanco y puede ser lanzado desde múltiples plataformas aéreas, marítimas y terrestres, incluyendo los MQ-1 Predator y MQ-9 Reaper. El misil Hellfire es el principal arma de precisión aire-tierra de la clase de 100 libras (45 kg) para las fuerzas armadas de los Estados Unidos y de muchos otros países. También se ha desplegado en plataformas de superficie para funciones superficie-superficie y superficie-aire.