Solo alrededor de medio millón de personas viven en Malta, el pequeño conjunto de islas en el Mediterráneo que constituye uno de los países más pequeños de Europa.
Sin embargo, un ciudadano maltés pronto podría ser elegido papa.
Cardenal Mario Grech, 68 años, el ex obispo de una isla maltesa, Gozo, ha surgido como candidato a papa debido a su papel como secretario general del Sínodo de los Obispos, un organismo del Vaticano encargado por derecho canónico para considerar “cuestiones relativas a la actividad de la Iglesia en el mundo”.
El papa Francisco hizo que el sínodo más reciente fuera mucho más inclusivo y participativo, y el papel del cardenal Grech en liderar estos esfuerzos para abrir la iglesia contrasta con parte de su propia historia. Mientras fue obispo de Gozo, desde 2005 hasta 2020, mantuvo posturas conservadoras sobre varios temas, incluida la homosexualidad y la legalización del divorcio, que se opuso cuando Malta celebró un referéndum en 2011.
Cambió su tono bajo el papado de Francisco, quien lo nombró cardenal en 2020, y es visto como alguien que aportaría continuidad al papado.
El sínodo comenzó en 2021 con discusiones entre iglesias locales de todo el mundo sobre los problemas que consideraron más apremiantes, una apertura poco común para que todos los católicos ayuden a trazar el futuro de la iglesia.
Pero los partidarios del sínodo dicen que es la única forma en que la iglesia puede mantenerse relevante.
El futuro y la implementación del sínodo “serán cruciales para la Iglesia Católica”, que debe volverse “más participativa e inclusiva”, dijo Helena Jeppesen-Spuhler, que trabaja para una agencia de ayuda católica suiza y fue participante del sínodo.
El fracaso en llevar a cabo cambios reales, dijo, podría ser letal para la iglesia, al menos en Europa Central. “Si no hay cambios, será realmente desafiante, y creo que los cardenales son conscientes de esto”, dijo.
Como secretario general del sínodo, el cardenal Grech se ha destacado como una figura clave en ese proceso. Hay 133 cardenales que pueden votar en el sínodo. Alrededor de 60 de esos cardenales estuvieron presentes durante al menos una de las discusiones mensuales del sínodo en 2023 y 2024 en el Vaticano, lo que significa que en un Colegio de Cardenales donde muchos de ellos no se conocen porque están geográficamente distantes, su papel lo ha convertido en una cara familiar para muchos.
El cardenal Grech también ha asumido causas globales que eran cercanas a Francisco. Malta es un punto clave de entrada en el Mediterráneo para los migrantes que llegan desde África, y el cardenal Grech ha pedido a Europa que abra sus puertas, no las cierre. Cuando estalló la guerra en Ucrania en 2022, lanzó alarmas de que las mujeres y los niños ucranianos que huían estaban en riesgo de ser explotados por traficantes de personas.
Al igual que otros líderes eclesiásticos superiores en los últimos 20 años, al cardenal Grech se le ha acusado de no hacer lo suficiente para enfrentar el abuso sexual que tuvo lugar en su diócesis. Es uno de los cardenales señalados en el sitio web Conclave Watch, que escruta cómo algunos cardenales manejaron casos de abuso.
Como obispo, inició varias iniciativas para enfrentar el abuso, incluida una comisión de protección de niños y adultos vulnerables. Pero sus críticos dicen que podría haber hecho más en casos específicos.
Algunas de las acusaciones en Malta se centran en Lourdes Home, un orfanato dirigido por las Hermanas Dominicas de Malta en Gozo. La iglesia encargó una investigación sobre el orfanato, que cerró en 2008 y se disculpó ese año. El papa Benedicto XVI se reunió en privado con algunos sobrevivientes en 2010.
Lara Dimitrijevic, abogada que representa a dos sobrevivientes en un caso constitucional contra el estado que actualmente se está llevando a cabo en un tribunal maltés, dijo que la iglesia debería haber hecho más por las víctimas, incluida la oferta de asesoramiento psicológico.
“Ha habido un trauma tan grave que estas madres de 50 años todavía están sufriendo hoy”, dijo, calificando el abuso de “vil”.
Uno de sus clientes en la demanda, Carmen Muscat, de 52 años, dijo que no estaba satisfecha con el papel desempeñado por el cardenal Grech y quería compensación. “No obtuvimos justicia y no es justo”, dijo. El cardenal Grech no respondió de inmediato a una solicitud de comentario.
Matthew Mpoke Bigg contribuyó con la información.