El presidente Emmanuel Macron va a reconoser formalmente un estado palestino el lunes en Nueva York, con el apoyo de varios otros países europeos. Macron describió la acción de Francia como una “necesidad”.
Esta decisión llega justo después de una medida similar del Reino Unido, Canadá y Australia. Macron dijo que su movimiento sería el “comienzo de un proceso político y un plan de paz y seguridad para todos”.
Francia, al igual que el Reino Unido, tiene un peso diplomatico considerable por ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y del G7. Está coordinando este impulso con Arabia Saudita durante la Asamblea General de la ONU de esta semana.
A París no se le unirán dos de los otros grandes estados europeos del G7, Alemania e Italia, y tampoco los Estados Unidos.
Israel ha denunciado la medida como una recompensa para Hamas, y su embajador en la ONU ha llamado al evento del lunes un circo.
El primer ministro Benjamin Netanyahu ha insistido en que no habrá un estado palestino al oeste del Río Jordán, y el presidente Isaac Herzog dijo que reconocerlo solo “alentaría a las fuerzas de la oscuridad”.
El ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, fue firme al decir que la acción de su país era un “rechazo categórico” a Hamas, pero dijo que era “simbólica, inmediata y política, que demuestra el compromiso de Francia con la solución de dos estados”.
Barrot habló de la declaración de Macron como una “gran victoria diplomática para nuestro país”. París ha dicho que Bélgica, Luxemburgo y Malta también anunciarán el reconocimiento formal, junto con los pequeños estados de Andorra y San Marino. Portugal hizo su propia declaración el domingo por la noche.
Varios otros países europeos ya reconocieron un estado palestino, incluidos España y Noruega el año pasado, pero la movida de Macron es vista por algunos comentaristas nacionales como una apuesta que podría tener poco efecto en la realidad.
Antes del anuncio de Macron, las banderas palestina e israelí se mostraron en la Torre Eiffel el domingo por la noche. Varios ayuntamientos en Francia también izaron banderas palestinas el lunes, a pesar de una orden del gobierno de mantener la neutralidad.
También hubo protestas pro-palestinas en Italia, en unas 80 ciudades, donde el gobierno de Giorgia Meloni dijo recientemente que sería “contraproducente” reconocer un estado que no existe.
El transporte público y los puertos se vieron afectados en una jornada de acción organizada por algunos sindicatos. Una línea clave de metro en Milán cerró, mientras estudiantes universitarios en Turín y Bolonia bloquearon el acceso a las aulas.
En Alemania, el gobierno dice que el estado palestino no está en debate actualmente. El ministro de Relaciones Exteriores, Johann Wadephul, explicó que “para Alemania, el reconocimiento de un estado palestino llega más al final del proceso. Pero este proceso debe comenzar ahora”.
Aunque Alemania es uno de los aliados más cercanos de Israel en Europa, su canciller, Friedrich Merz, se ha vuelto cada vez más crítico con la respuesta militar de Israel en Gaza.
Los funcionarios de la Unión Europea también han endurecido su lenguaje contra Israel en las últimas semanas. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pidió la semana pasada que se ponga fin a “los horribles eventos que ocurren diariamente en Gaza”.
En una entrevista con CBS News el domingo por la noche, el presidente Macron habló de un plan por fases destinado a aislar a Hamas.
La primera etapa implicaría un alto el fuego, la liberación de todos los rehenes y luego la estabilización de Gaza, explicó. La segunda involucraría la gobernanza y reconstrucción de Gaza, y “el tercer paquete, la perspectiva de dos estados”.
La apertura de una embajada francesa estaría condicionada a la liberación de los rehenes aún retenidos por Hamas, subrayó.
Pero el movimiento de alto perfil de Macron en la ONU ha recibido críticas de algunos de sus oponentes políticos.
Jordan Bardella, del ultraderechista Agrupación Nacional, dijo que era un “error, mientras Hamas todavía tiene rehenes israelíes”, y señaló que equivalía a “premiar las atrocidades cometidas el 7 de octubre [2023], durante el ataque más mortífero conocido por el estado de Israel”.
