Francia, ante una posible degradación de su calificación crediticia

Francia transita por una delgada línea respecto a sus finanzas públicas, y las grandes agencias de calificación crediticia observan cada movimiento.

Con una deuda en aumento y tensiones políticas elevadas, existe una creciente expectativa de que la calificación crediticia de Francia podría sufrir un deterioro significativo, generando olas en el panorama financiero europeo.

Conviene ser claros: la situación se presenta bastante adversa para el gobierno del Primer Ministro François Bayrou. Como segunda economía de la Eurozona, Francia también lidia con el déficit más amplio de todo el bloque. Las cifras son abrumadoras: se estima que el costo de gestionar esta deuda aumenta en unos colosales €5,000 cada segundo. No es de extrañar que esto haya captado la atención de los vigilantes financieros mundiales.

El drama político agrava el problema económico

Para empeorar las cosas, una crucial moción de censura está prevista para este lunes 8 de septiembre en la Asamblea Nacional, lo cual añade más leña al fuego. Los analistas de Scope Ratings fueron directos al advertir que, si el gobierno de Bayrou cae, esto supondría “consecuencias negativas desde un punto de vista crediticio”. Este enfrentamiento político no podría ocurrir en peor momento, con la propia revisión por parte de Scope de la calificación ‘AA-‘ de Francia programada para el 26 de septiembre. La combinación de inestabilidad política y una deuda descontrolada es la receta perfecta para una rebaja.

Un efecto dominó que podría sacudir los mercados europeos

Las tres grandes agencias de calificación—S&P, Moody’s y Fitch—están prestando mucha atención. Tanto S&P como Fitch ya han cambiado la perspectiva crediticia de Francia a ‘negativa’, señalando problemas en el horizonte. Si bien invertir en deuda pública francesa ha sido una apuesta segura en el pasado, ahora empieza a parecer una jugada mucho más arriesgada. Una rebaja adicional no es solo un número en una hoja de cálculo; podría tener consecuencias tangibles. Como señaló James Novotny de Jupiter Asset Management: “Sería muy grave, ya que la gente se vería obligada a reconsiderar sus carteras”.

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El sector bancario ya siente la presión

La inquietud por la deuda nacional de Francia ya se está sintiendo en su normalmente sólido sector bancario. Desde finales de agosto, hemos visto caer las acciones de los principales bancos franceses, con Crédit Agricole cayendo un 8% y BNP Paribas un 8,2%. Los expertos de Citi advirtieron que, si el gobierno no logra aprobar medidas de austeridad, se envía el mensaje de que no existe un verdadero deseo de responsabilidad fiscal, lo que podría asustar aún más a los inversores. Francia se encuentra en una encrucijada crucial, y el camino que tome a continuación tendrá un gran impacto en su propio futuro y en la estabilidad de toda la Eurozona.