La presidenta Prohens se desplazará a Bruselas el próximo mes con motivo de la previsible aprobación de un documento que reclama diversas medidas en materia de turismo, incluyendo financiación específica.
El Comité Europeo de las Regiones celebrará su sesión del 9 al 11 de diciembre. La presidenta buscará consensuar un plan de acción europeo que cuente con recursos, un calendario y mecanismos de evaluación para “respaldar a los territorios en su transición” hacia un sistema turístico más sostenible y resiliente. Las regiones afectadas por la “estacionalidad, la especialización intensiva y la degradación del patrimonio”, como es el caso de Baleares, deberían acceder a fondos específicos para apoyar esta transformación.
Las Islas Baleares han sido la fuerza motriz en la búsqueda de innovación tecnológica y “soluciones flexibles” que dependan de las características regionales. Entre las propuestas, se encuentran sistemas inteligentes para distribuir los flujos de visitantes y para regular el acceso a espacios vulnerables mediante reserva anticipada, límites de aforo y tarifas variables.
Asimismo, se abogará por abordar el poder de mercado de las grandes plataformas de alojamiento, “garantizando la transparencia, precios justos y el intercambio de información con las autoridades”, y por medidas que contengan el crecimiento del alquiler turístico ilegal.
Todavía no se ha mencionado ninguna cifra concreta de financiación. Esta última petición de inversión de la UE sigue a la provisión de los Fondos Next Generation en el marco del plan de recuperación y resiliencia inspirado por la pandemia. En lo que respecta a dichos fondos para turismo, los principios generales de inversión fueron la sostenibilidad, la circularidad, la mejora de los productos turísticos y la innovación y digitalización del sector.
Existen dudas sobre el volumen real de gasto ejecutado. En junio del año pasado, los Fondos Next Generation para turismo en Baleares se situaban en 260 millones de euros. Sin embargo, ha habido ejemplos concretos de partidas asignadas que no se utilizaron —el circuito de regatas de piragüismo de Alcudia es un caso paradigmático—. Una de las razones, que también se ha aplicado a proyectos que debían haber sido financiados con ingresos del impuesto turístico, ha sido la falta de un plan debidamente concebido y presentado.