El desierto de Atacama en Chile se extiende largo y angosto, apretado entre la Cordillera de los Andes y el Océano Pacífico.
La aridez extrema del desierto lo convierte en uno de los lugares más claros del mundo para ver el cielo nocturno y es famoso por albergar al radiotelescopio más grande del mundo.
Pero el paisaje, normalmente estéril, se ha transformado por una alfombra de coloridas flores silvestres, que han cobrado vida gracias a las lluvias significativas durante los meses de invierno del hemisferio sur.
Se cree que este es un evento que solo ocurre cada ciertos años, cuando lluvias por encima del promedio empapan el suelo del desierto, haciendo que semillas dormidas broten a la vida.
El desierto de Atacama típicamente recive menos de 15 mm de lluvia al año.
Pero la zona tuvo más de 12 mm de lluvia solo en agosto, la mayoría de los cuales cayó en un solo día.
El desierto incluso tuvo una rara manta de nieve en junio.
Esta magnífica floración está compuesta por más de 200 especies diferentes de flores silvestres, algunas de las cuales no crecen en ningún otro lugar del mundo. Normalmente ocurre entre finales de agosto y noviembre.
Aunque se considera un fenómeno raro, esto también pasó en 2024, después de fuertes lluvias en la área.
Según CONAF, la Corporación Nacional Forestal de Chile, el espectáculo de este año estará en su punto máximo por unas pocas semanas más.
