Paul Doyle, de 53 años, compareció hoy en el Tribunal de la Corona de Liverpool acusado por siete delitos relacionados con el incidente ocurrido el lunes en Water Street. El hecho dejó 79 heridos.
El padre de tres, residente de Croxteth (Liverpool), vestía un traje negro con camisa blanco y corbata gris, y tenia el pelo en forma de copete escaso.
Solo habló pa confirmar su nombre y fecha de nacimiento antes de ser enviado prisión. Su próxima audiencia será el 14 de agosto.
El juez Andrew Menary fijó una fecha tentativa de juicio para el 24 de noviembre, y estimó que duraría tres o cuatro semanas.
El fiscal Philip Astbury declaró: “La investigación sigue en curso. Hay muchos testigos por entrevistar y gran cantidad de cámaras de seguridad por revisar.”
Doyle llegó al tribunal menos de una hora después de su primera comparecencia en el juzgado de magistrados, ubicado en el mismo edificio.
El juez Menary añadió: “Dado el interés público en este caso, consideré apropiado que el asunto se tramitara ante mí para instrucciones futuras.”
Doyle se mostró emocional al entrar en el juzgado, mirando a los periodistas y conteniendo las lágrimas. En un momento, negó con la cabeza mientras el fiscal hablaba.
Se le acusa de dos cargos de lesiones graves intencionales, dos de daños corporales graves con intención, dos de intento de lo mismo y uno de conducción peligrosa.
Las víctimas incluyen a dos menores de 11 y 17 años. El juez prohibió revelar su identidad.
Según los cargos, Doyle condujo peligrosamente un Ford Galaxy entre su casa en Burghill Road y Water Street. No declaró culpabilidad.
La fiscalía Mersey-Cheshire señaló que las acusaciones, contra quien se dice fue marine, se “reevaluarán según avance la investigación”.
Los heridos tienen entre 9 y 78 años; siete seguían hospitalizados. La policía cree que el auto aprovechó un desvío temporal durante los festejos del Liverpool FC.