El ingeniero Bartomeu Rosselló, principal impulsor del proyecto Alcudia TechMar, ha abandonado definitivamente la iniciativa, alegando una «falta de liderazgo político». Una versión del proyecto, que él describe como «más evolucionada y madura», se ubicará en su lugar en el distrito de innovación de Tarragona.
Rosselló, especialista en proyectos de sostenibilidad y presidente del Círculo de Empresas de Mallorca, afirma: «Baleares pudo haber sido pionera en la economía azul, comenzando por la central de Alcanada. Mas hubo una carencia de liderazgo político, algo que sí existe en Cataluña. Contábamos con la financiación necesaria, la ONU mostró interés en establecer oficinas para su programa medioambiental, y Audi disponía de su centro de innovación».
Alcudia TechMar contaba con el apoyo del Ayuntamiento de Alcudia, el Consejo de Mallorca y el Govern balear. Esto fue antes de que el Partido Popular accediera al poder en las tres instituciones tras las elecciones de 2023. En noviembre de 2022, el Consejo de Mallorca adquirió la antigua central a Endesa por 300.000 euros con el objetivo de preservar sus elementos patrimoniales y transformarla en un distrito de innovación mediante una inversión de 103 millones de euros.
El PP no rechazó de plano la idea de Alcudia TechMar, pero tampoco la impulsó; el único avance ha sido la reciente licitación para redactar el proyecto de descontaminación del terreno.
Rosselló añade: «El proyecto fue declarado estratégico dentro del plan de inversiones 2020-2030, posicionando a Baleares a la vanguardia de la economía azul. Fuimos los primeros en todo el Mediterráneo y hubiéramos atraído proyectos innovadores centrados en la descarbonización del mar. Un proyecto estratégico debe trascender los mandatos políticos. Está diseñado para satisfacer necesidades futuras, y la diversificación productiva de Baleares tendrá que orientarse, tarde o temprano, hacia la economía azul, pero ya no será desde una posición de liderazgo —ese tren ya partió».
Alcudia TechMar hubiera dado, por fin, un propósito a la transformación de la central eléctrica, abandonada desde hace décadas. Pero era mucho más que eso: contemplaba once subproyectos. Entre ellos, un hub universitario de conocimiento en tecnología náutica, ingeniería y naval descarbonizada; un clúster para entidades del sector de la economía azul; una zona de co-living; laboratorios y un centro de fomento del emprendimiento en este ámbito.
Cataluña apuesta por un proyecto más ambicioso, con una inversión inicial de hasta 750 millones de euros. Como mallorquín, Rosselló lamenta que «el talento local tenga que marcharse a otros lugares para trabajar en proyectos punteros, mientras aquí dejamos escapar esta oportunidad».
