A la edad de ochenta años, ha fallecido Joan Templeman, esposa de Sir Richard Branson y su compañera durante casi medio siglo. Branson confirmó la noticia en sus redes sociales, declarándose “descorazonado” y rindiendo homenaje a Templeman, a quien describió como “mi mejor amiga, mi roca, mi luz y mi mundo”. Añadió que su fallecimiento fué rápido y sin dolor, y que pudo despedirse de ella en el hospital, donde ambos recibían tratamiento por diversos problemas de salud.
Templeman y Branson se conocieron en 1976 y contrajeron matrimonio en 1989 en la isla de Necker, el refugio privado del empresario en el Caribe. La pareja tuvo tres hijos. Mientras Branson se convertía en una de las figuras empresariales más reconocibles de su generación, Templeman mantuvo un perfil más discreto, manteniéndose deliberadamente al margen del foco mediático.
La pareja compartía una añeja predilección por Mallorca, un lugar que Branson visita desde su infancia y que se convirtió en uno de sus santuarios más preciados. Pasaban largas temporadas en la Serra de Tramuntana, especialmente en la finca Son Bunyola, en Banyalbufar. Su proyecto de hotel, finalmente inaugurado en 2023, fue descrito por Branson como la materialización de una ambición de toda una vida.
Eran también rostros familiares en Deyá, donde Branson fue propietario del hotel La Residencia, un establecimiento al que se le atribuye haber ayudado a captar la atención internacional hacia el encanto del pueblo. Durante sus estancias, se dice que Templeman disfrutaba de la tranquilidad de la isla, su paisaje mediterráneo y la privacidad que ésta ofrecía a la familia.
Para la pareja, Mallorca era mucho más que un destino vacacional. Se convirtió en un lugar de honda resonancia emocional: un refugio sereno donde podían abstraerse de las implacables exigencias de la vida pública y pasar tiempo juntos, lejos de los focos.