La actriz supo equilibrar con éxito papeles glamurosos con interpretaciones dramáticas y complejas. Crédito de la foto: Wikipedia CC
Claudia Cardinale, la actriz nacida en Túnez que se convirtió en una de las estrellas más brillantes del cine italiano y europeo en las déc de 1960 y 70, ha fallecido a los 87 años. Su deceso fue confirmado el 23 de septiembre en Nemours, Francia.
Nacida en Túnez en 1938 de padres sicilianos, Cardinale captó por primera vez la atención tras ganar un concurso de belleza que la llevó a la industria cinematográfica. Ascendió rápidamente a la prominencia gracias a su impactante presencia en pantalla, su voz sensual y su capacidad para encarnar tanto la fortaleza como la vulnerabilidad. A principios de los sesenta, ya trabajaba con algunos de los más grandes directores del mundo y junto a los actores más importantes de la época.
Su papel de consagración llegó con *El Gatopardo* (1963) de Luchino Visconti, en la que compartió protagonismo con Burt Lancaster y Alain Delon, lo que le valió el reconocimiento internacional. También apareció en *8½* (1963) de Federico Fellini, una de las películas más aclamadas de la historia del cine. Cardinale prosiguió su carrera en producciones de Hollywood, junto a Peter Sellers en *La pantera rosa* (1963) y en *Hasta que llegó su hora* (1968), consolidando así su reputación como estrella global. A diferencia de algunas de sus contemporáneas, Cardinale logró equilibrar con acierto los roles de glamour con interpretaciones dramáticas y complejas, forjando una carrera que se prolongó durante décadas. Más allá de su trabajo en la pantalla, también fue activa en causas humanitarias, especialmente en los derechos de la mujer y en campañas de la UNESCO.
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Su fallecimiento marca el final de una era para el cine italiano. Claudia Cardinale deja un legado perdurable como uno de los grandes íconos cinematográficos europeos, cuya belleza, talento y carisma definieron una edad dorada del cine.