Los expertos están lanzando una alerta sobre la variante K de la gripe, calificándola como la peor en quince años debido a su propagación notablemente más rápida e intensa. El doctor Joan Carles March, especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, ha subrayado el “comportamiento atípico” del virus, señalando su transmisión más temprana y una eficacia vacunal reducida. Este preocupante desarrollo ha llevado a pronosticar brotes generalizados, con el potencial de colapsar los servicios de urgencias. De hecho, el servicio de salud IB-Salut de Baleares ya ha tenido que incrementar la capacidad de camas en el hospital Son Llàtzer tras la reciente presión asistencial.
El Dr. March aclara además que la variante K es una forma mutada del virus estacional de la influenza A(H3N2). Ha adquirido aproximadamente siete mutaciones en su proteína hemaglutinina, lo que la vuelve más transmisible y le permite en parte evadir la inmunidad de infecciones previas o vacunaciones. Los datos epidemiológicos ya indican un repunte de casos en el ámbito de la atención primaria, habiendo superado Baleares su umbral epidémico con anterioridad a lo previsto.
Comprender el Impacto de la Variante K
A pesar de su mayor contagiosidad, el Dr. March insiste en que un virus más transmisible no equivale inherentemente a una enfermedad más grave. “Más transmisible no significa más virulento”, afirma. No obstante, el experto advierte que se prevé que esta variante gripal conduzca a un aumento de hospitalizaciones, complicaciones e incluso mortalidad. Explica: “Existen indicios suficientes para considerar que la gripe de este año podría propagarse con mayor facilidad de lo habitual. Esto no automáticamente implica que sea más severa, pero el riesgo de brotes y de que una porción amplia de la población se infecte podría derivar en la saturación de los centros sanitarios”.
Los síntomas típicos para los infectados incluyen tos (81,6%), fiebre, a menudo alta (80,3%), malestar general y fatiga (74,5%), congestión y secreción nasal (72,8%), dolor de garganta (60,1%), cefalea (41%) y mialgias (40%).
Como respuesta a esta situación en evolución, se ha declarado una “alerta reforzada”, priorizando medidas preventivas. Entre ellas figuran la vacunación, prácticas de higiene estrictas como el lavado de manos y la ventilación, evitar espacios cerrados durante brotes, y la protección de los colectivos vulnerables.
Protegerse contra la Variante K
Al ser preguntado sobre los síntomas específicos de la variante K, el Dr. March indica que “no parece generar un nuevo tipo de gripe, hasta donde sabemos”. Sin embargo, advierte que “la combinación de una mayor transmisibilidad y un menor reconocimiento por nuestro sistema inmune podría traducirse en un incremento de casos y, por ende, en brotes más frecuentes y una mayor presión sobre el sistema sanitario”.
El prestigioso especialista aboga firmemente por la vacunación como defensa principal, aun reconociendo que “la eficacia frente a la variante K podría ser algo menor que para cepas anteriores”. Aun así, sostiene que “sigue siendo la mejor herramienta para prevenir complicaciones, hospitalizaciones y fallecimientos, especialmente para personas vulnerables como ancianos, embarazadas, quienes padecen enfermedades crónicas o los inmunodeprimidos”.
Otras recomendaciones incluyen una higiene respiratoria y de manos rigurosa: lavado frecuente de manos, cubrirse al toser o estornudar con pañuelos desechables o el codo, y asegurar una buena ventilación evitando espacios concurridos o cerrados. También se aconseja el uso de mascarilla en entornos de alta contagiosidad, transporte público, hospitales, residencias o al presentar sintomas. Por último, es crucial actuar con prontitud ante la aparición de síntomas. “Si surgen fiebre, tos o malestar, es recomendable aislarse si es posible. Además, son importantes el reposo y la hidratación; y si se pertenece a un grupo de riesgo, consultar al médico para valorar antivirales o seguimiento”, concluye March.
