Exdiputado portavoz de Vox en Baleares acusa al líder del partido de solo estar interesado en acumular dinero

El jueves, Idoia Ribas, exportavoz parlamentaria de Vox en Baleares y ya no afiliada al partido, lanzó un durísimo ataque contra la cúpula nacional de la formación. Alegó haber sido presionada para transferir “ingentes cantidades de dinero público a Vox” (algo que se negó a hacer) y sostuvo que “los verdaderos intereses de Santiago Abascal y su reducido grupo de hombres al mando del partido no son los de España, sino la acumulación de fondos públicos en la Fundación Disenso, de la cual Abascal se ha proclamado presidente vitalicio”.

Ribas respondía así a las declaraciones del secretario general del partido, Ignacio Garriga, quien el miércoles afirmó en Palma: “Quiero pedir disculpas a todos aquellos que confiaron en Vox en las elecciones generales y han tenido que presenciar episodios bochornosos propiciados por algunos que concurrieron bajo las siglas del partido. Aquí no tienen cabida quienes se disfrazan para venir a aplicar políticas del Partido Popular o de la izquierda. No se colarán más embaucadores”. Aludía así a Ribas y otros expulsados de Vox.

Las divisiones internas han perseguido a Vox en Baleares desde los comicios autonómicos de mayo de 2023. Estas divisiones también han complicado una ya de por sí tensa alianza que el PP había buscado. En minoría, Marga Prohens y el PP dependen del apoyo parlamentario de Vox.

En opinión de Ribas, Vox se ha convertido en “una estafa piramidal de estructura sectaria”. Los intereses de Abascal, insistió, tienen que ver con el dinero.

“Y mientras hacen fortuna, le venden humo al pueblo, captan seguidores con retórica patriótica y aplican sigilosamente un giro político brutal en el partido, abandonando los principios liberal-conservadores para abrazar una derecha populista y radical… que odia todo lo que huela a libertad.”

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“Que el Sr. Garriga tenga el valor de tildarnos de estafadores es un ejercicio de cinismo vergonzante e intolerable. La verdadera estafa política es que Abascal diga defender la vida mientras se alía en Europa con la abortista Marine Le Pen. Si al Sr. Garriga le preocupan los timos políticos, debería mirar a sus jefes y no a los cargos electos en las comunidades autónomas, que han elegido ser leales a los ciudadanos de nuestras regiones y de España; y no terminar besando las botas de cuatro hombres a los que les importa un bledo lo que pase en España porque están forrándose en un despacho de Madrid.”