EXCLUSIVA: Rescate equino sin precedentes en Málaga

Por Rachel Gore

Decenas de caballos que enfrentaban un viaje sin retorno al matadero han recibido un salvavidas gracias a la oferta de última hora de una expatriada para acogerlos en su santuario.

Más de sesenta equinos de trabajo quedaron en un limbo tras la prohibición de los coches de caballos en Málaga.

Signe Frossle, expatriada que gestiona el centro de rescate rural ‘A Better Life 4 Horses’ en Antequera, se ha ofrecido a proporcionar refugio al mayor número posible de estos animales de carga.

La propietaria del santuario explicó al Olive Press que muchos antiguos titulares de licencias se afanan por traspasar sus caballos a localidades cercanas como Sevilla o Ronda, donde el turismo con coches de caballo sigue siendo legal.

Manifiesta su temor de que estos animales «sean enviados más lejos a otros lugares y realicen exactamente el mismo trabajo que hacían todo el día bajo el sol con el coche de caballos».

«Si no venden los caballos antes de cierta fecha, algunos acabarán en el matadero», afirmó Frossle.

«Los mataderos pagan entre quinientos y seiscientos euros por caballo, lo que significa un ingreso más para los titulares de las licencias».

Según Frossle, la venta al matadero constituye la peor opción, pues equivale a decirles a los caballos: «tu arduo trabajo no ha valido de nada».

Con el tiempo en su contra, Frossle compite por salvar a los animales de un futuro sombrío e incierto, «caminando bajo el sol con turistas o siendo víctimas del matadero».

A tan solo cuarenta minutos de Málaga, en Antequera, el refugio seguro para caballos de Frossle ofrece un contraste radical con el caos urbano.

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En su centro, los caballos «son tratados como superestrellas». Disperso en catorce hectáreas, el santuario alberga ya a treinta y cuatro equinos rescatados, y Frossle está dispuesta a aceptar hasta quince más.

Los caballos viven en parejas, cada una con su propio paddock asignado, y pueden vagar libremente por los «dos inmensos prados» y el «olivar» de la finca. Incluso en estos espacios abiertos, cuentan con cobertizos que les protegen del sol y la lluvia.

Tras su llegada y durante toda su estancia, veterinarios visitan el lugar para evaluar y revisar a los caballos.

Los profesionales determinan si los animales están listos para la adopción o si requieren cuidados a más largo plazo debido a lesiones, traumas o enfermedades.

Los caballos «traumatizados» o especialmente enfermos permanecen en el refugio, donde reciben atención de por vida.

Una vez que los caballos se han recuperado en el refugio, Frossle trabaja para encontrarles un nuevo hogar permanente.

La danesa subraya que los animales nunca se venden; se entregan a familias de acogida que son rigurosamente evaluadas y firman un contrato que estipula que, si no pueden quedarse con el caballo, deben devolverlo al santuario.

Algunos de estos caballos son adoptados simplemente como compañía, pues no pueden ser montados. Incluso para aquellos que pueden ser ensillados o utilizados para saltos, se evitan las escuelas de equitación.

Hasta la fecha, caballos del santuario han encontrado hogares permanentes en Dinamarca, Alemania e incluso Escocia.

Frossle anhela poder ofrecer estos servicios a los animales afectados por la prohibición de los coches de caballos en Málaga y desea que la eliminación de los carruajes conllevara la obligación de vender los caballos de forma «segura».

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Comenzó su andanza en el rescate equino tras trasladarse de Dinamarca a España.

Relató: «Vi un caballo maltratado y lo compré yo misma. Luego, sin darme cuenta, había comprado así cinco caballos. Pensé: esto es más grande que yo».

Se encontró acogiendo cada vez más animales y, una vez que el número de caballos rescatados alcanzó los diecisiete, comenzó a buscar voluntarios.

Registró el centro en España y en Dinamarca para poder captar fondos de ambos países.

El siguiente paso para Frossle y ‘A Better Life 4 Horses’ sería asegurar el «destino» adecuado para los caballos de los coches turísticos de Málaga.

Para apoyarla, puede realizarse una donación en la página web de ‘A Better Life 4 Horses’: https://abetterlife4horses.dk/.

Para una yegua ciega, Frossle ha colocado campanas en el paddock para que «pueda oír en qué parte del paddock está según la dirección del viento».

Los voluntarios «trabajan a diario» con los animales y, para muchos, esta labor es transformadora. Un caballo rescatado, demasiado débil para mantenerse en pie al llegar, tuvo que ser trasladado inicialmente con un tractor; pero, en cuestión de días, ya era capaz de caminar sin asistencia.

Los animales «pueden resguardarse bajo techo» cuando lo deseen; el terreno del santuario de Frossle es el espacio de los caballos.

Cada caballo es «alimentado diariamente con heno, a discreción», junto con suplementos vitamínicos. Algunos también reciben comidas cocinadas especialmente preparadas, según sus necesidades.

«Algunos están contentos con su heno y vitaminas», explica, mientras que otros requieren también «comida cocinada».

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