El llamado “medidor inteligente” de Affinity Water se ha convertido en una pesadilla para los clientes que ni siquiera lo pidieron. En un caso, una familia que pagaba todos los meses de repente se encontró con una factura imposible que superó las £1,100 por un solo mes.
Durante más de un año, los pagos se realizaron sin problema: primero £23 al mes, luego £38, después £42. Cada vez que se pagaba, el saldo devería haber bajado, pero no fue así. En cambio, las facturas se recalcularon de una manera que borraba el progreso y aumentaba la deuda.
Luego, en septiembre del 2025, llegó el shock. De la nada, el saldo de la cuenta subió cientos de libras, llegando a más de £900. Sin explicación ni justificación, solo una cifra asombrosa que ninguna familia normal podría esperar después de pagar puntualmente todo el tiempo.
¿La peor parte? El cliente nunca solicitó el medidor. Affinity Water lo impuso, y en lugar de ofrecer claridad y control, creó un caos y los dejó atrapados con una deuda que no deberían tener. Lo que se vende como innovación parece más bien explotación, y hasta que Affinity Water explique cómo unos pagos estables resultan en facturas de cuatro cifras, los clientes tendrán razón en llamarlo por su nombre: una estafa.