Excelente encuentro de Trump con Xi en Corea del Sur

Laura Bicker, corresponsal en China,

Anthony Zurcher, corresponsal en Norteamérica, y

Flora Drury

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, se han reunido por primera vez en seis años. Esto ha generado esperanzas de que se reduzcan las tensiones entre las dos economías más grandes del mundo.

Trump describió las conversaciones, que tuvieron lugar en Corea del Sur, como “increíbles”. Mientras tanto, Pekín dijo que habían llegado a un consenso para resolver “los principales problemas comerciales”.

Las relaciones han estado tensas desde que Trump comenzó a imponer aranceles a China, a lo que Pekín respondió con los suyos propios. Acordaron una tregua en mayo, pero las tensiones se mantuvieron altas.

Las charlas del jueves no resultaron en un acuerdo formal, pero los anuncios sugieren que están más cerca de un pacto. Los detalles llevan mucho tiempo siendo objeto de negociaciones a puerta cerrada.

Normalmente, los acuerdos comerciales tardan años en negociarse. Sin embargo, los países de todo el mundo se han visto obligados a resolver sus diferencias con la actual administración de Trump en cuestión de meses.

Un logro clave para Trump es que China ha aceptado suspender las medidas de control de exportación que había impuesto a los minerales tierras raras. Estos son cruciales para producir de todo, desde teléfonos inteligentes hasta aviones de combate.

Un presidente eufórico les dijo a los periodistas en el Air Force One que también había conseguido que China comenzara a comprar inmediatamente “cantidades enormes de soja y otros productos agrícolas”. Los aranceles retaliatorios de Pekín sobre la soja estadounidense prácticamente habían detenido las importaciones desde Estados Unidos, perjudicando a los agricultores estadounidenses, un grupo electoral clave para Trump.

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Sin embargo, no hubo mención alguna de un avance respecto a TikTok. Estados Unidos ha intentado separar las operaciones estadounidenses de esta aplicación de video de su empresa matriz china, ByteDance, por razones de seguridad nacional. Pekín dijo después que continuaría trabajando para resolver los problemas.

Mientras tanto, Estados Unidos ha dicho que eliminará parte de los aranceles que impuso a Pekín por el flujo de ingredientes utilizados para fabricar fentanilo hacia EE.UU. Trump ha impuesto fuertes aranceles a los principales socios comerciales de EE.UU. por lo que él percibe como su fracaso en controlar esta droga.

No obstante, parece que otros aranceles, o impuestos sobre bienes importados, se mantendrán. Esto significa que los productos que llegan a EE.UU. desde China todavía están gravados con una tasa de más del 40% para los importadores estadounidenses.

Según Trump, Pekín también podrá hablar con Jensen Huang, el director de la empresa tecnológica estadounidense Nvidia. Nvidia está en el centro de la lucha entre los dos países por los chips de inteligencia artificial: China quiere chips de alta gama, pero EE.UU. quiere limitar el acceso de China, citando seguridad nacional.

Pekín también ha extendido una invitación a Trump para que visite China en abril, lo que es otra señal más del deshielo en las relaciones.

‘Un buen comienzo’

Pero la reunión también mostró la gran diferencia entre los enfoques de los dos líderes.

Xi fue bastante contenido y solo dijo lo que tenía preparado. Llegó a la reunión sabiendo que tenía una posición de fuerza. China había aprendido del primer mandato de Trump, aprovechando su control sobre las tierras raras y diversificando sus socios comerciales para ser menos dependiente de EE.UU.

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Después, fue mucho más mesurado en su lenguaje que Trump. Dijo que las dos partes trabajarían para lograr resultados que sirvan como una “píldora tranquilizador” para ambas economías.

Trump fue, como siempre, más improvisado. Pero el presidente estadounidense también estaba notablemente más tenso de lo que había estado durante el resto de su viaje relámpago por el sudeste asiático, un reflejo de lo mucho que se jugaba en la reunión del jueves.

También estuvo ausente el glamour y la pompa que se habían visto desde que llegó a su primera parada en Malasia solo cinco días antes.

Desaparecieron los palacios cargados de oro como el que le dio la bienvenida en Japón el martes. En su lugar, un edificio en un aeropuerto, tras alambradas y puestos de control de seguridad.

Las bandas militares que recibieron a Trump en Corea del Sur el miércoles no se veían por ningún lado.

En cambio, la única señal de que algo importante ocurría dentro era la fuerte presencia policial y de medios de comunicación.

Pero a pesar de la apariencia pública más discreta, lo que ocurría dentro fue posiblemente la hora y 20 minutos más significativos del viaje.

Henry Wang, exasesor del Consejo de Estado de China, le dijo al programa Today de BBC Radio 4 que las conversaciones entre Trump y Xi “marcharon muy bien”.

Añadió que quizás no fue un acuerdo comercial, pero que se ha establecido un “marco y una estructura”. Lo calificó de “un buen comienzo”.