Etiopía anuncia que ha terminado de construir una mega-represa en el Nilo Azul, la cual ha sido fuente de tensión con Egipto y Sudán por mucho tiempo.
Iniciada en 2011 con un presupuesto de $4 mil millones, esta represa es la mayor planta hidroeléctrica de África y un gran orgullo para los etíopes.
Para Etiopía, la represa es esencial para cubrir sus necesidades energéticas, pero Egipto y Sudán la ven como una amenaza a su suministro de agua del Nilo.
En un comunicado, el primer ministro Abiy Ahmed intentó tranquilizar a sus vecinos: "A nuestros vecinos río abajo—Egipto y Sudán—nuestro mensaje es claro: la Represa del Renacimiento no es una amenaza, sino una oportunidad compartida."
En 2020, el expresidente estadounidense Donald Trump dijo que Egipto había amenazado con "volarla"—la represa, cuyo nombre oficial es Gran Represa del Renacimiento Etíope (GERD).
En un gesto conciliatorio, Abiy invitó a Egipto y Sudán a la inauguración oficial en septiembre: "Creemos en progreso compartido, energía compartida y agua compartida."
Esta semana, el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi y el líder militar sudanés Abdel Fattah al-Burhan se reunieron y "reafirmaron su rechazo a medidas unilaterales en la cuenca del Nilo Azul", según AFP.
La represa mide más de 1.6 km de largo y 145m de alto, ubicada en el Nilo Azul, en las tierras altas del norte de Etiopía, donde fluye el 85% de las aguas del Nilo.
Etiopía necesita urgentemente la electricidad que generará, ya que el 60% de su población no tiene acceso a ella.
Egipto depende casi completamente del Nilo para su agua dulce y teme que el flujo se vea afectado. Argumenta que una reducción del 2% en el caudal podría causar la pérdida de 200,000 acres de tierra irrigada.
Sudán también depende mucho del Nilo y comparte las preocupaciones de Egipto.
Abiy aseguró que Etiopía está "dispuesta a dialogar constructivamente" con ambos países, pero hasta ahora las negociaciones no han resuelto los desacuerdos.
