El arte de hacer cosquillas. Crédito: Foto por: Kaboompics.com, Pexels
A pesar de ser una sensación muy común, los científicos aún no entienden cómo funcionan las cosquillas, por qué nos hacen reír o por qué no podemos hacérnoslas a nosotros mismos.
Una nueva revisión publicada el 23 de mayo de 2025 en Science Advances revela lo misteriosas que siguen siendo las cosquillas.
Las cosquillas
Podrías pensar que las cosquillas son solo un juego infantil, pero también son uno de los comportamientos sensoriales menos estudiados en la neurociencia. “Las cosquillas están relativamente poco investigadas”, dice la neurocientífica Konstantina Kilteni de la Universidad Radboud, Países Bajos, quien dirigió el estudio reciente. “No sabemos cómo un tacto se vuelve cosquilleante o por qué reímos cuando nos hacen cosquillas, pero no cuando nos las hacemos nosotros mismos.”
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La revisión destaca que incluso figuras históricas como Sócrates, Darwin, Descartes y Galileo lucharon por explicar las cosquillas. Hasta ahora, la ciencia moderna no ha avanzado mucho más.
5 grandes preguntas sobre las cosquillas que la ciencia aún no puede responder
Kilteni plantea cinco misterios persistentes sobre las cosquillas:
- ¿Por qué algunas zonas (como axilas y pies) son más sensibles?
No son las áreas más delicadas ni necesariamente erógenas. Darwin teorizó que rara vez se tocan, haciéndolas más reactivas, pero esto no se ha probado. - ¿Por qué reímos, incluso si no nos gusta?
“Solo un tercio de las personas disfruta que le hagan cosquillas”, señala el estudio. La risa podría ser un reflejo, similar a llorar por cortar cebollas. - ¿Por qué no podemos hacernos cosquillas nosotros mismos?
El cerebro parece anticipar nuestro propio tacto y “cancelar” la respuesta. Pero aún falta probarlo con estímulos específicos (llamados gargalesis). - ¿Por qué algunos son muy sensibles y otros no sienten nada?
Diferencias en la piel, sistema nervioso o incluso personalidad podrían explicarlo. Algunos ríen sin control; otros no sienten nada. - ¿Para qué sirven las cosquillas?
Algunos dicen que es social (para crear vínculos o coquetear). Otros, que es evolutivo (para que los niños protejan zonas vulnerables). Pero las máquinas también pueden hacer cosquillas, desafiando la teoría social.
Tipos de cosquillas
El estudio distingue gargalesis (cosquillas que provocan risa y no puedes hacerte a ti mismo) de knismesis (un picor leve como de pluma que no hace reír). Investigaciones anteriores las mezclaban.
“Eso es un problema”, dice Kilteni. “Ni siquiera definimos las cosquillas de forma consistente”. Sin una definición clara o métodos reproducibles en laboratorios, el avance científico ha sido lento.
Robots que hacen cosquillas
Para resolver el enigma, Kilteni propone usar robots y dispositivos hápticos para aplicar toques precisos y repetibles en experimentos. Así, se podrían medir reacciones como risa, ritmo cardíaco y actividad cerebral con mayor fiabilidad.
Las cosquillas, argumenta, podrían ser una ventana a cómo el cerebro procesa el tacto, emociones y conexiones sociales, incluso arrojando luz sobre trastornos como el autismo o esquizofrenia, donde la percepción del tacto se altera.
“Las cosquillas son un rompecabezas científico que abarca desde el desarrollo hasta la neurociencia afectiva”, concluye Kilteni. “Estamos solo al principio”.
¿Te sentirías cómodo si un robot te hiciera cosquillas?
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