Según un informe reciente de la Universidad de Purdue, el porcentaje de estadounidenses que reportan problemas para pagar por los alimentos está aumentando este año, debido a los precios de la comida que siguen muy altos.
Aproximadamente un 14% de los hogares en EE.UU. reportaron inseguridad alimentaria en promedio entre enero y octubre, un incremento comparado con el 12.5% del 2024, de acuerdo con los últimos datos del Centro de Análisis de la Demanda y Sostenibilidad Alimentaria de Purdue.
Aunque la prevalencia de la inseguridad alimentaria en el país varía cada mes, la tasa general había estado bajando desde el 2022, cuando un promedio de 15.4% de los hogares tenían inseguridad alimentaria mientras la inflación alcanzaba máximos en 40 años después de la pandemia.
A pesar de que el ritmo de la inflación ha disminuido desde el 2022, es probable que la inseguridad alimentaria esté subiendo porque los precios de los alimentos se mantienen muy por encima de los niveles previos a la pandemia, según Poonam Gupta, una investigadora del Urban Institute, un grupo de expertos en Washington, D.C.
“Aunque la inflación se redujo mucho este año, no estamos ni cerca de la cantidad que gastabamos en comida hace solo un par de años,” dijo ella.
Gupta también comentó que más estadounidenses podrían tener dificultades para poner comida en la mesa en el 2026, con un estimado de 2.4 millones de beneficiarios de SNAP que posiblemente pierdan sus beneficios debido a los nuevos requisitos de trabajo en la ley de impuestos y gastos respaldada por los Republicanos y firmada como ley en julio por el Presidente Trump.
Los investigadores de Purdue definen la inseguridad alimentaria como cuando algunos miembros de un hogar a veces no pueden pagar una comida balanceada, y también cuando ocasionalmente tienen que saltarse una comida o comer menos por razones económicas.
La encuesta de Purdue se ha convertido en una de las pocas medidas nacionales que quedan sobre la inseguridad alimentaria, desde que el Departamento de Agricultura de EE.UU. canceló su encuesta anual de Seguridad Alimentaria en los Hogares en septiembre, la cual se había realizado desde el 2001.
Al eliminar la evaluación del USDA sobre la inseguridad alimentaria, la administración Trump dijo en septiembre que la encuesta era “redundante, costosa, politizada y innecesaria.”
Pero investigadores le dijeron a CBS News que los datos del gobierno eran muy respetados. Craig Gundersen, un profesor de economía de la Universidad de Baylor que ha estudiado la inseguridad alimentaria por 30 años, llamó a la encuesta del USDA la “medida de referencia.”
Joseph Balagtas, director del Centro de Análisis de la Demanda Alimentaria de Purdue, dijo que la universidad encuesta a aproximadamente 1,200 adultos cada mes, en comparación con las 30,000 personas encuestadas anualmente por el USDA.
Aún así, él dijo que los hallazgos de Purdue generalmente han reflejado los datos federales sobre seguridad alimentaria porque se hacen preguntas idénticas a los participantes y porque usan métodos estadísticos para asegurar que sus datos sean representativos de la población general.
