Estudio revela mayor riesgo cardiovascular tras histerectomía precoz

La histerectomía: riesgos cardiovasculares y desequilibrio hormonal

La histerectomía, una cirugía común con consecuencias a largo plazo

La histerectomía es una de las intervenciones quirúrgicas más frecuentes en mujeres en Estados Unidos. Consiste en la extirpación del útero, lo que elimina la menstruación y la posibilidad de embarazo. Cada año se realizan alrededor de 600,000 histerectomías, y se estima que, al cumplir 60 años, una de cada tres mujeres se ha sometido a este procedimiento.

Inicialmente, la histerectomía se desarrolló para tratar cánceres ginecológicos. Hoy, su uso se extiende a condiciones debilitantes como dolor pélvico crónico, miomas, endometriosis, sangrado menstrual abundante y prolapso uterino. Muchas mujeres se operan décadas antes de la menopausia, incluso entre los 30 y 40 años.

En algunos casos, también se extirpan los ovarios (ooforectomía bilateral). Aunque la cirugía puede aliviar síntomas severos, plantea interrogantes sobre los efectos de eliminar órganos reproductivos antes de que el cuerpo los "apague" naturalmente.

Riesgo cardiovascular elevado, incluso con terapia hormonal

Un estudio publicado en Obstetrics & Gynecology analizó datos de 240,000 mujeres, divididas en tres grupos: sin cirugía, histerectomía sola e histerectomía con ooforectomía. Cada grupo se clasificó según el uso de estrógenos postoperatorios.

  • Edad temprana, mayor riesgo: Mujeres operadas antes de los 50 años mostraron más eventos cardiovasculares graves (infartos, ACV, cirugías de bypass). Las menores de 46 años sin estrógenos tuvieron un 21% más de riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV).
  • El estrógeno no compensa del todo: Aunque la terapia hormonal mitiga síntomas menopáusicos, las mujeres menores de 46 años que la usaron aún presentaron un 26% más de riesgo.
  • Mecanismos más allá del déficit hormonal: La pérdida de estrógeno no explica por sí sola el aumento de ECV. Alteraciones en la señalización metabólica y respuestas inflamatorias también influyen.

    Evidencia global: estudios en Corea y la Clínica Mayo

    Una investigación coreana publicada en JAMA Network Open siguió a 135,000 mujeres durante ocho años. Aquellas con histerectomía antes de los 50 tuvieron un 25% más de riesgo de ECV, especialmente accidentes cerebrovasculares (32% más incluso con técnicas laparoscópicas).

    Por su parte, un estudio de la Clínica Mayo reveló que, aunque se conserven los ovarios, la histerectomía aumenta el riesgo de hiperlipidemia, hipertensión y enfermedades coronarias. Mujeres operadas antes de los 35 años mostraron un riesgo 4.6 veces mayor de insuficiencia cardíaca.

    Desequilibrio hormonal: más que falta de estrógeno

    Tras una histerectomía, la dominancia estrogénica (exceso de estrógeno sin oposición de progesterona) altera la función mitocondrial y promueve estrés oxidativo. Un estudio de 2024 en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism halló ratios de progesterona/estrógeno alarmantemente bajos en tejido adiposo, incluso en mujeres sin terapia hormonal.

    Recomendaciones prácticas posthisterectomía

    1. Controlar el nivel de prolactina: Indica actividad estrogénica, incluso si el estrógeno en sangre parece bajo.
    2. Eliminar aceites vegetales: Reducir el ácido linoleico (menos de 5 g/día) previene efectos estrogénicos.
    3. Evitar disruptores endocrinos: Optar por productos libres de parabenos, ftalatos y microplásticos.
    4. Valorar alternativas a la terapia hormonal: La progesterona natural puede contrarrestar el exceso de estrógeno.

      Conclusión
      La histerectomía temprana implica riesgos cardiovasculares y hormonales irreversibles. Más que reponer hormonas, el enfoque debe ser restaurar el equilibrio endocrino y reducir exposiciones ambientales.

      Errata tipográfica en "histerectomía" (párrafo 2) y "mujeres" (sección Corea).

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