A nivel mundial, más de uno de cada cinco bebés nace por cesárea, un procedimiento quirúrgico mediante el cual el bebé es extraído a través de incisiones en el abdomen y útero de la madre. Algunas cesáreas son médicamente necesarias; por ejemplo, cuando el bebé está en posición podálica, la placenta obstruye el cuello uterino, o una cesárea previa incrementa los riesgos del parto.
Sin embargo, muchos procedimientos se realizan sin una necesidad médica clara, exponiendo a las madres a riesgos graves cuando podrían existir opciones más seguras. De hecho, se prevé que para el 2030, las cesáreas representen casi un tercio de todos los nacimientos a nivel global. La recuperación tras una cesárea suele ser más lenta y demandante que después de un parto vaginal, con una sanación que se extiende mucho más profundo que la incisión superficial.
En el congreso anual de ANESTHESIOLOGY® 2025, investigadores presentaron nueva evidencia sobre cómo el parto por cesárea influye en la recuperación posparto. Su estudio se centró en el vínculo entre el dolor y el sueño —dos factores esenciales, aunque a menudo pasados por alto, en la salud materna— para revelar cómo la modalidad del parto determina la sanación posparto y el bienestar general.
Nuevos Hallazgos Revelan Dolor Posparto y Problemas de Sueño Tras la Cesárea
En el estudio destacado, los investigadores se propusieron comprender cómo el parto por cesárea afecta la capacidad de una madre para descansar, sanar y recuperar fuerzas después del parto. Compararon a mujeres que parieron quirúrgicamente con aquellas que tuvieron partos vaginales, combinando entrevistas personales con datos nacionales a gran escala para capturar tanto la experiencia vivida como los resultados medibles.
• Las madres con cesárea reportaron mayor dolor y sueño interrumpido — En el análisis cualitativo, se entrevistó a 41 madres sobre su recuperación. De estas, 24 tuvieron partos vaginales, 11 cesáreas programadas y seis cesáreas no planificadas. Más de dos tercios de las madres que parieron por cesárea describieron un dolor severo que interfería con el descanso y la actividad diaria.
Entre ellas, el 73% de aquellas con cirugías planificadas y el 67% con procedimientos de emergencia, afirmaron que su dolor era suficientemente intenso como para alterar el sueño. En comparación, solo el 8% de las mujeres con parto vaginal reportaron una molestia similar.
• Los datos a nivel nacional también revelaron un mayor riesgo de trastornos del sueño tras la cesárea — En el análisis cuantitativo, los investigadores revisaron registros de más de 1,5 millones de madres que dieron a luz entre 2008 y 2021.
Los resultados mostraron que las mujeres que parieron por cesárea tenían un 16% más de probabilidades de experimentar nuevos trastornos del sueño, como insomnio, privación del sueño o apnea obstructiva del sueño, en el plazo de un mes a un año después del parto. Estos hallazgos subrayan cómo el dolor postoperatorio y el sueño interrumpido suelen reforzarse mutuamente y persisten mucho más allá del alta hospitalaria.
• El manejo activo del dolor favorece una mejor recuperación — La autora principal, la Dra. Moe Takenoshita, investigadora posdoctoral en el Departamento de Anestesia del Centro de Medicina Académica de la Universidad de Stanford, recalcó la importancia de abordar el dolor tempranamente para evitar un ciclo de insomnio, fatiga y retraso en la curación.
Aconsejó a las madres que sincronicen su descanso con el horario de sueño de su bebé siempre que sea posible, eviten la cafeína y el alcohol durante la recuperación, e incorporen movimiento suave o técnicas de relajación como baños tibios o respiración profunda antes de acostarse.
“Quienes planean una cesárea deben comprender que el procedimiento está vinculado a un dolor más intenso después del parto y un mayor riesgo de trastornos del sueño. Cualquier persona que tenga problemas de sueño durante el embarazo o tras el parto debería comentar sus preocupaciones con su médico, quien puede evaluar el problema, hacer recomendaciones y derivarla a un especialista si es necesario”, señaló.
Otros Riesgos para la Salud Asociados al Parto por Cesárea
Además del mayor riesgo de dolor y alteraciones del sueño, el parto por cesárea conlleva otras complicaciones bien documentadas que son menos comunes en el parto vaginal, afectando tu recuperación a corto plazo y tu salud a largo plazo. Entre ellas se incluyen:
• Infección postquirúrgica — Entre un 3% y un 20% de las mujeres desarrollan una infección tras una cesárea. La incisión puede enrojecerse, hincharse, doler o producir secreción. También pueden ocurrir infecciones internas como la endometritis (inflamación del revestimiento uterino), que suele presentarse con fiebre, sensibilidad abdominal, sangrado vaginal abundante y flujo anormal. En casos graves, las bacterias pueden ingresar al torrente sanguíneo y causar sepsis, una emergencia potencialmente mortal que requiere atención inmediata.
• Recuperación más prolongada — La sanación tras una cesárea lleva tiempo porque involucra múltiples capas de tejido. La incisión externa suele cerrarse en un plazo de cuatro a seis semanas, pero los tejidos más profundos, incluidos la pared abdominal y el útero, pueden tardar hasta tres meses en repararse completamente.
Durante este tiempo, movimientos simples como ponerse de pie, caminar o cargar a tu bebé pueden resultar incómodos. La fatiga y las molestias pueden persistir durante varios meses mientras tu cuerpo continúa reconstruyendo fuerzas. La recuperación más lenta aumenta la probabilidad de una cicatrización tardía, adherencias (bandas de tejido cicatricial interno) y hernias.
• Hemorragia y coágulos sanguíneos — La cirugía de cesárea conlleva un mayor riesgo de hemorragia posparto debido a la incisión en el útero y a una mayor alteración de los vasos sanguíneos. Algunas mujeres requieren transfusiones o procedimientos adicionales para controlar el sangrado. La reducción del movimiento durante la recuperación, junto con el aumento natural de los factores de coagulación tras el parto, también incrementa el riesgo de trombosis venosa profunda o coágulos pélvicos.
• Riesgos en embarazos futuros — Una cesárea previa aumenta las probabilidades de complicaciones como placenta previa (placenta que cubre el cuello uterino) y placenta acreta (placenta que crece demasiado profundo en la pared uterina). Ambas condiciones pueden derivar en un sangrado severo y requieren atención médica especializada.
El riesgo de rotura uterina, donde una cicatriz previa se desgarra durante el trabajo de parto, también aumenta ligeramente. Debido a estos factores, las mujeres con antecedentes de cesárea son monitoreadas de cerca en embarazos futuros, y la decisión de un parto vaginal después de cesárea (PVDC) se toma de manera individual.
• Efectos emocionales y psicológicos — Muchas mujeres sienten ansiedad, tristeza o decepción después de una cesárea, especialmente cuando no fue planificada. El dolor, la movilidad limitada y el agotamiento amplifican estas emociones y dificultan el vínculo con tu bebé en los primeros días. La concienciación y el apoyo emocional, ya sea de tu pareja, familia o equipo de atención, hacen que la recuperación sea menos solitaria y te ayudan a recuperar la confianza en tu cuerpo.
Comprender estos riesgos te ayuda, a ti y a tu equipo de atención, a planificar con anticipación, reconocer signos de alarma tempranos y apoyar tu recuperación de manera más efectiva.
Cómo la Cesárea Priva a los Bebés de Microbios Beneficiosos
Las consecuencias del nacimiento por cesárea se extienden más allá de las madres. La forma en que un bebé llega al mundo tiene efectos duraderos que van mucho más allá del nacimiento. Durante el parto vaginal, el bebé está expuesto de forma natural a una mezcla diversa de microbios beneficiosos del canal de parto y el intestino de la madre. Este primer contacto sirve como un saludo biológico entre madre e hijo, enseñando al sistema inmunitario del recién nacido a reconocer organismos amigables y defenderse de los dañinos.
• El parto vaginal proporciona una siembra microbiana esencial — A medida que el bebé pasa por el canal de parto, bacterias beneficiosas cubren su piel, entran en su boca y comienzan a colonizar el tracto digestivo en minutos. Este proceso siembra el microbioma intestinal, la densa comunidad de bacterias y otros microorganismos que moldean la función inmunológica, el metabolismo y la salud a largo plazo.
• El parto por cesárea interrumpe esta herencia microbiana natural — Debido a que el bebé es extraído quirúrgicamente a través del abdomen, evita el contacto con la microbiota vaginal materna. En su lugar, los primeros microbios provienen del entorno inmediato — el aire del hospital, las superficies del quirófano y la piel del personal sanitario.
Estudios que utilizan secuenciación genética muestran que los bebés nacidos por cesárea tienen menos especies de bacterias beneficiosas y una diversidad microbiana general más baja que aquellos nacidos por vía vaginal. A menudo carecen de Bacteroides y Bifidobacterium, dos grupos bacterianos vitales para digerir los azúcares de la leche y fortalecer la barrera intestinal.
• La reducción de la diversidad microbiana afecta al desarrollo inmunológico — La exposición microbiana temprana entrena al sistema inmunitario del infante para distinguir entre microbios inofensivos y dañinos. Cuando esta educación es incompleta, es más probable que ocurra una sobre reacción inmunológica. Esto incrementa el riesgo de alergias, eccema y asma más adelante en la vida.
• El desequilibrio del microbioma también influye en el metabolismo — La señalización microbiana alterada tras una cesárea puede reducir la producción de ácidos grasos de cadena corta, compuestos clave que mejoran el equilibrio metabólico y reducen la inflamación. Como resultado, los niños nacidos por cesárea muestran un riesgo ligeramente mayor de obesidad y alteraciones metabólicas durante la infancia.
• Es posible restaurar la diversidad microbiana tras un nacimiento por cesárea — La lactancia materna juega un papel importante al suministrar bacterias beneficiosas y azúcares especiales que las alimentan. El contacto piel con piel y el baño tardío también ayudan a transferir microbios maternos a la piel y la boca del bebé.
Algunos estudios están explorando la “siembra vaginal”, un proceso que introduce microbios vaginales al bebé después del parto quirúrgico, aunque su seguridad y efectos a largo plazo aún se están investigando.
Para obtener más información sobre los riesgos de la cesárea para ti y tu bebé, lee “Lo que no te cuentan sobre las cesáreas“.
Otros Riesgos del Parto por Cesárea para los Bebés
Además de una peor salud intestinal en comparación con los bebés nacidos por vía vaginal, el parto por cesárea introduce varios desafíos médicos y de desarrollo que afectan a los recién nacidos tanto inmediatamente como más adelante en la vida, incluyendo:
• Lesión física durante el parto — Uno de los riesgos más inmediatos es la lesión accidental por la incisión quirúrgica. Debido a que el cirujano debe cortar a través de múltiples capas de tejido antes de llegar al útero, existe la posibilidad de que el bisturí pueda rozar la piel del bebé. Los estudios estiman que esto ocurre en aproximadamente un 1% a 3% de los partos por cesárea.
• Dificultad respiratoria tras el nacimiento — Los bebés nacidos por cesárea tienen más probabilidades de experimentar problemas respiratorios poco después del parto. En el parto vaginal, las contracciones ayudan a expulsar líquido de los pulmones, preparando al bebé para respirar aire.
Una cesárea omite este paso, dejando a menudo líquido adicional en los pulmones. Esto puede causar taquipnea transitoria del recién nacido, una condición caracterizada por respiración rápida y la necesidad de oxígeno suplementario o monitorización estrecha en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN). Los bebés nacidos antes de que comience el trabajo de parto enfrentan el mayor riesgo.
• Mayor probabilidad de ingreso en la UCIN — La posibilidad de requerir cuidados en la UCIN tras una cesárea a menudo se relaciona con la dificultad respiratoria, pero otros factores también contribuyen. Los recién nacidos por cesárea pueden tener más problemas con la regulación de la temperatura, la estabilidad del azúcar en sangre o el inicio de la alimentación. La transición abrupta del ambiente cálido y oscuro del útero al quirófano, más frío y brillante, puede desafiar la termorregulación, requiriendo una monitorización más estrecha durante las primeras horas de vida.
• Mayor riesgo de autismo — Grandes estudios poblacionales han encontrado que los bebés nacidos por cesárea tienen un aumento modesto pero medible en el riesgo de autismo. En un estudio de casi 2,7 millones de niños, el nacimiento por cesárea se vinculó con un riesgo un 21% mayor de recibir un diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA).
Los investigadores enfatizan que el parto por cesárea en sí mismo no es una causa directa de autismo, pero puede contribuir a través de factores como el desarrollo alterado del microbioma intestinal, la exposición al estrés prenatal o los efectos relacionados con la anestesia.
Otros expertos, incluido el Dr. Michel Odent, un respetado pionero del parto natural, sugirieron que eludir los procesos microbianos y hormonales naturales durante el parto podría desempeñar un papel en desencadenar una predisposición genética al TEA. Conoce más sobre esto en “¿Están las cesáreas contribuyendo al autismo?“
Cómo Reducir el Riesgo de Tener una Cesárea
Aunque el parto por cesárea es a veces inevitable por razones médicas, muchas pueden prevenirse con una preparación reflexiva y el apoyo adecuado. Reducir tu riesgo comienza mucho antes de que empiece el trabajo de parto y depende de cómo cuides tu cuerpo, tu salud mental y tu entorno de parto. Los siguientes pasos fortalecen la probabilidad de un parto vaginal sin complicaciones y una recuperación más rápida posteriormente:
1. Elige un profesional de la salud que apoye el parto natural — Tu filosofía de parto debe alinearse con el enfoque de tu proveedor. Pregunta sobre su tasa de cesáreas, sus políticas sobre inducción y su experiencia apoyando el PVDC. Los proveedores que practican una atención centrada en el paciente son más propensos a permitir que el trabajo de parto progrese naturalmente e intervenir solo cuando es necesario.
El apoyo continuo durante el trabajo de parto por parte de una doula, comadrona o un acompañante de parto experimentado también se asocia con tasas más bajas de cesárea. Tener a alguien presente para defender tus preferencias, proporcionar medidas de confort y mantenerte emocionalmente estable ayuda a que el trabajo de parto progrese más suavemente.
2. Mantén un peso saludable — El exceso de peso antes o durante el embarazo aumenta el riesgo de preeclampsia, diabetes gestacional, parto por cesárea y una recuperación posparto más lenta. También incrementa la probabilidad de muerte fetal y desafíos del desarrollo en tu hijo.
Para mejorar tu composición corporal y prepararte para un embarazo saludable, comienza con tu dieta. Prioriza una ingesta adecuada de proteínas (alrededor de 0,8
