La estrategia industrial del gobierno busca aprovechar lo mejor de las empresas británicas, desde el sector automotriz hasta los videojuegos, pasando por la City y las ciencias de la vida, para impulsar el crecimiento económico del cual todo depende.
Un año en planificación con un horizonte de 10 años para su ejecución, en sus últimos meses fue secuestrada por un problema muy a corto plazo: cómo ayudar a las industrias afectadas por los precios de la electricidad más altos del mundo a competir ahora, sin pensar tanto en los 2030.
La solución, según informó Sky News la semana pasada, es un recorte significativo en las facturas no solo para los "usuarios intensivos de energía", como el concreto y los químicos que ya reciben apoyo, sino también para 7.000 fabricantes para quienes la energía representa un alto costo.
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Recibirán un descuento de alrededor del 15% en sus facturas desde 2027, con un costo estimado de £500 millones al año.
Quién se beneficia exactamente se decidirá después de una consulta, pero el mecanismo para otorgar los descuentos y cómo se pagarán ya está decidido, y la respuesta revela una verdad incómoda sobre el mercado energético del Reino Unido.
Para hacer los precios industriales más competitivos, las empresas elegibles estarán exentas de pagar algunos impuestos y tasas añadidas a las facturas para fomentar la construcción de energías renovables.
Estos "costos de política", que representan alrededor del 15% de las facturas, han sido fundamentales para la gran expansión de la energía eólica y, más recientemente, la solar, apoyadas por gobiernos sucesivos en las últimas dos décadas.
Esta carrera por las renovables no solo busca reducir emisiones, sino también lograr facturas más estables y, según el Partido Laborista, más baratas, al reducir la dependencia de los volátiles precios del gas.
El Reino Unido ha tenido mucho éxito en la primera parte, y las tecnologías verdes son uno de los ocho sectores de alto crecimiento favorecidos en esta estrategia industrial.
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Sin embargo, al optar por descontar las "tasas verdes", el gobierno parece reconocer que los impuestos destinados a reducir las facturas en el futuro están aumentando los precios y haciendo al Reino Unido menos competitivo hoy.
También plantea la posibilidad de que los mayores consumidores de energía paguen menos por la expansión de las renovables que buscan reducir emisiones.
Los ministros dicen que, a diferencia de descuentos industriales anteriores, el costo de este no recaerá en otros negocios o clientes domésticos.
En cambio, afirman que el financiamiento vendrá del "margen" creado al extender las garantías de precios para proveedores renovables (Contratos por Diferencia) de 10 a 15 años, y de una "ganancia inesperada" por vincular el precio del carbono del Reino Unido al sistema de la UE.
Si suena como el trabajo de funcionarios del Tesoro desesperados por ocultar £2 mil millones no financiados, puede ser, pero el Secretario de Negocios, Jonathan Reynolds, dijo a Sky News que el esquema es compatible con los objetivos energéticos a largo plazo del país.
Dijo: "Puedes hacer ambas cosas juntas: tener ambición climática y ser competitivo. Estos cambios significan que nadie pagará facturas más altas ni impuestos adicionales, pero la representación de estos costos en el sistema cambiará para asegurar industrias competitivas."
"No habrá más deuda, ni más impuestos, ni facturas más caras para otros. Y, en última instancia, si logramos el aumento en inversión y actividad empresarial que esto puede generar… una economía más fuerte en general."