Estimada Annie: ¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!

Estimados Lectores: Quiero desearles a todos una muy Feliz Navidad y Felices Fiestas.

La Navidad es una época muy ajetreada del año, llena de emociones fuertes, tanto alegres como tristes. La felicidad y las discusiones pueden parecer más intensas.

Algunos de ustedes despertaron con papel de regalo por todas partes, niños emocionados, mascotas comiéndose los lazos y el fregadero lleno de tazas pegajosas. Están felices pero agotados y quizá un poco sobreestimulados. Si ese es su caso, espero que se regalen cinco minutos de silencio. Siéntense con su café, salgan a tomar un poco de aire frío o simplemente miren a la pared si lo necesitan. El desorden significa que la vida está sucediendo, no que estén fallando.

Algunos enfrentan su primera Navidad después de una pérdida. Su silla está vacía. Su adorno sigue en la caja. Las tradiciones que antes amaban ahora parecen pertenecer a la vida de otra persona. Si ese es su lugar, lo siento mucho. El duelo es ruidoso en días como este. No hay una forma “correcta” de pasar la festividad. Si pusieron un árbol, está bien. Si no pudieron soportar hacerlo, también está bien. Las lágrimas en la mesa no arruinarán la Navidad; son prueba de que el amor fue real.

Algunos están bailando la complicada danza familiar con el familiar que bebe demasiado, el que comenta sobre sus decisiones de vida, los hermanos que aún saben cómo presionar sus botones. Si pusieron límites este año —llegaron tarde a la cena, se fueron temprano o decidieron no ir— por favor no se cuestionen solo porque es 25 de diciembre. Proteger su paz no es “poco navideño”. Es amor propio.

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Otros están solos hoy, no por elección. Quizá los niños estén con su otro padre. Tal vez están recién divorciados, recién solteros o simplemente lejos de casa. Puede que sus planes se hayan caído. Si su día es tranquilo, por favor no confundan eso con fracaso. Una Navidad “pequeña” aún puede ser significativa. Enciendan una vela. Cocinen algo simple que les encante. Vean una película sobre la que no tengan que negociar con nadie. Tienen permitido construir una festividad que se ajuste a la vida que realmente tienen.

Y a todos los que trabajan hoy —enfermeras, doctores, servicios de emergencia, cuidadores, trabajadores de hostelería, repartidores y muchos otros— gracias. Mientras algunas personas discuten sobre quién corta el pavo, ustedes mantienen a las personas seguras, cuidadas y conectadas. Lo que hacen importa más de lo que la mayoría de nosotros nunca vemos.

La Navidad, en su esencia, es una historia sobre la luz que llega a un lugar muy ordinario e imperfecto. No una casa perfecta, no una familia perfecta, no gente perfecta. Simplemente gente —lo que significa que no necesitas tener un momento mágico de película para que hoy cuente.

Si estás alegre, compártelo. Si estás sufriendo, sé amable contigo mismo. Si alguien cruza tu mente, envía el mensaje. La gente no necesita palabras perfectas. Solo necesitan saber que no fueron olvidados.

De mi corazón al suyo, gracias por permitirme entrar en sus salas, sus chats grupales, sus mesas de cocina y sus días difíciles este año. Es un honor.

Les deseo un momento real de paz, una risa genuina y un recordatorio de que importan más de lo que creen.

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