Estados Unidos apuesta fuerte por los GLP-1. No tiene por qué ser una lotería.

El sistema sanitario de Estados Unidos está invirtiendo decenas de miles de millones de dólares en los GLP-1. Sin embargo, para materializar verdaderamente el valor de esta potente clase de medicamentos, necesitamos comprender mejor quiénes se benefician más.

Poco más de un año atrás, escribí que la proliferación de los GLP-1 introdujo un capítulo nuevo, complejo y costoso en la historia de la crisis de obesidad en América. Advertí que aún había mucho que desconocíamos sobre estos fármacos. Desde entonces, he visto a muchos pacientes beneficiarse de los GLP-1. Pero también he atendido a pacientes que se acercan a mí preguntándose por qué no están experimentando los resultados dramáticos que esperaban. Muchos depositaron sus esperanzas en lo que creían era una “droga milagrosa”, y ahora están desconcertados de por qué dejaron de perder peso después de unos meses.

Como profesionales médicos, ahora sabemos significativamente más que hace un año. Sabemos que los GLP-1 poseen una poderosa utilidad clínica, pero también sabemos que no funcionan de la misma manera para todos. Comprender el porqué será clave para optimizar su valor.

Un estudio reciente de la Universidad de Chicago halló que, para que los GLP-1 se consideren rentables únicamente para la pérdida de peso, el precio de Wegovy tendría que disminuir en más de un 80 por ciento y el de Zepbound en aproximadamente un tercio. La diferencia entre el precio actual y lo que los investigadores consideran justificable basándose en los beneficios sanitarios promedio es considerable.

Pero este es el problema con lo “promedio” en lo que respecta a estos medicamentos: no todas las personas responden a ellos de la misma manera. La pregunta real no es solo cuánto cuestan estos fármacos, sino para quién están funcionando. Nuestro sistema de salud carece de un método fiable para conciliar ambas cuestiones.

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El metabolismo está determinado por una red compleja de factores biológicos, conductuales y ambientales, lo que hace que la respuesta de cada persona a los GLP-1 sea única. Para utilizar estos medicamentos de forma efectiva, necesitamos entender cómo responde cada paciente a su prescripción de GLP-1.

Estudios revisados por pares en Frontiers in Endocrinology han demostrado que los individuos generalmente se engloban en una de tres poblaciones de respondedores: super respondedores, respondedores generales y no respondedores.

Para los “super respondedores”, los GLP-1 pueden ser transformadores. Según la investigación, estos individuos pierden al menos un 10 por ciento de su peso corporal en algún punto durante el tratamiento. Para los respondedores generales, la eficacia a menudo disminuye con el tiempo; los fármacos son tolerables, pero solo moderadamente efectivos por un periodo; perderán al menos entre un cinco y un 10 por ciento de su peso corporal en tres meses. Los estudios muestran que la última población —los “no respondedores”— perderá menos de un cinco por ciento de su peso corporal después de tres meses antes de alcanzar una meseta, a pesar del costo, los efectos secundarios y la inversión emocional.

Entonces, ¿cuál es el valor de un fármaco que funcciona excepcionalmente bien para algunas personas, pero no para todas? El monitoreo persistente de la respuesta y la programación personalizada son las piezas del rompecabezas de los GLP-1 que a nuestro sistema de salud le faltan. No podemos saber para quién están funcionando los GLP-1 —o cómo sostener sus resultados— sin insights sobre la respuesta individual.

Hoy en día, los respondedores generales y los no respondedores pueden continuar tomando un GLP-1 mucho después de que haya dejado de hacer efecto, o cambiar a otra marca solo para experimentar el mismo resultado. No existe un proceso estandarizado y escalable para monitorear si estos medicamentos están realmente ayudando a aquellos con disfunción metabólica a perder peso de una manera saludable y sostenible. En este momento, tenemos un sistema de prescripción en el que la responsabilidad de monitorear los resultados, gestionar las expectativas y asumir los costos recae sobre el paciente.

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Los GLP-1 tienen un valor real. He llegado a verlos como una herramienta poderosa para muchos de mis propios pacientes, particularmente para aquellos que responden de manera significativa y pueden mantener esos resultados en el tiempo. Hasta que no midamos y gestionemos la respuesta a los GLP-1 a nivel individual, nuestro sistema sanitario seguirá gastando dinero mucho después de que las personas dejen de beneficiarse, y perderá oportunidades para optimizarlos para aquellos que más podrían ganar.

Foto: Sezeryadigar, Getty Images

La Dra. Lisa Shah es médica internista e innovadora en el ámbito de la salud con más de 20 años de experiencia en atención basada en el valor, centrada en la intersección entre la tecnología impulsada por la IA y la atención humana compasiva. Se desempeña como Vicepresidenta Ejecutiva y Directora Médica de Twin Health, que utiliza tecnología de gemelos digitales para abordar las causas fundamentales de afecciones metabólicas como la obesidad, la prediabetes y la diabetes tipo 2.

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