Esta ‘subestimada joya española’ posee emblemáticas casas del siglo XII enclavadas en un acantilado sobre el río

Al mencionar las ciudades turísticas de España, los nombres de Barcelona y Madrid suelen ser los primeros en salir a colación; no obstante, hay mucho que recomendar acerca de Cuenca como destino de visita.

Fundada por los musulmanes, Cuenca se alza en las montañas del centro-este de España, en la región de Castilla-La Mancha.

Conserva su casco histórico amurallado, con empinadas callejuelas adoquinadas y las ruinas de un castillo medieval.

LA IMPRESIONANTE CUENCA

Encaramada en un espolón de piedra caliza, en lo alto de los ríos Júcar y Huécar, es más conocida por sus bien conservadas ‘casas colgadas’.

En voladizo sobre la hoz del Huécar, estas parecen aferrarse al borde de los acantilados.

Esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad también posee un lado moderno y es un centro de arte abstracto, a menos de dos horas en coche de la capital.

Merece la pena ascender por las cuestas y las serpenteantes calles hasta el centro de esta localidad para disfrutar de sus vistas asombrosas.

CASAS COLGADAS

Se recomienda visitar la Plaza Mayor, con el Ayuntamiento porticado y la Catedral, que data de finales del siglo XII.

Tras la catedral, una calle conduce a las famosas Casas Colgadas, el símbolo indiscutible de Cuenca.

Es posible visitar tres de ellas: la Casa de la Sirena —que alberga un restaurante— y las Casas del Rey, sede del Museo de Arte Abstracto Español, con obras de artistas de la talla de Tàpies, Chillida y Saura.

Para obtener fotografías espectaculares de las casas colgadas, se debe cruzar la pasarela de hierro del Puente de San Pablo.

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Al otro extremo se halla el Parador de Turismo, antiguo convento de San Pablo, uno de los mejores alojamientos de la ciudad, que adquiere una belleza aún más sobrecogedora por la noche bajo los focos.

Cuenca también le sorprenderá con lugares singulares, como el ‘rascacielos’ del barrio de San Martín o el túnel peatonal de la Calle Alfonso VIII.

Si le gustan los museos, dispone de una amplia oferta: la Fundación Antonio Saura, la Fundación Antonio Pérez o el Museo de las Ciencias.

Y si siente interés por las tradiciones locales, el Museo de la Semana Santa está dedicado a la fiesta más emblemática de la ciudad.

En la Plaza Mayor y sus alrrededores encontrará numerosos bares, aunque otras zonas también cuentan con buenos restaurantes, como el barrio del Castillo, en la parte alta, siempre animado gracias a sus terrazas y miradores sobre la hoz.

Para quienes busquen algo diferente, existen restaurantes más vanguardistas con cocina de autor, tabernas flamencas e incluso un bar excavado en la planta baja de un palacio.

El entorno natural de la ciudad puede disfrutarse especialmente en verano, cuando es posible darse un baño en la zona de baño de la Hoz del Júcar.

Otra opción es recorrer la ruta del Cerro del Socorro o, si prefiere descubrir un lugar realmente insólito, realizar una excursión de 30 kilómetros para visitar las rocas erosionadas de la Ciudad Encantada, algunas de las cuales adoptan formas de animales o figuras humanas.

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