Los residentes extracomunitarios en España se están concentrando en algunos de los distritos más desfavorecidos del país, según muestran nuevos datos, en un contexto de preocupación porque esta tendencia pueda conducir a la formación de guetos modernos en las grandes ciudades españolas.
Una investigación de elDiario revela que los inmigrantes procedentes de Latinoamérica, África y Asia se instalan de forma abrumadora en barrios periféricos, donde la vivienda resulta más asequible, mientras que los migrantes europeos se distribuyen de manera más equitativa entre zonas de mayores y menores ingresos.
España recibió alrededor de 2.5 millones de migrantes no europeos entre 2016 y 2024, muchos de los cuales se enfrentan ahora a un riesgo elevado de segregación social.
En Madrid, distritos como Carabanchel, Puente de Vallecas, Usera y Villaverde han absorbido una proporción significativa de los recién llegados. Solo en Carabanchel, se registraron unos 40.000 nuevos residentes en la última década, y hoy uno de cada tres vecinos procede de Latinoamérica, África o Asia.
Se observan patrones similares en el área metropolitana de Barcelona, como en el distrito de La Florida –una de las zonas más densamente pobladas de España–, donde los residentes nacidos fuera de Europa constituyen ya la mayoría.
Sebastián, un joven migrante colombiano, explicó a elDiario cómo él y su familia lograron encontrar un piso en el Carabanchel madrileño tras cinco meses de búsqueda infructuosa.
“Nos encontrábamos con que los alquileres eran muy elevados o no cumplíamos los requisitos por la documentación que exigían”, afirmó.
Los investigadores atribuyen esta tendencia al aumento desbordado de los costes de la vivienda, la escasez de pisos asequibles y los numerosos testimonios de discriminación en el mercado del alquiler.
Muchos recién llegados encuentran dificultades para obtener una vivienda sin contratos estables o garantías, lo cual los empuja hacia barrios de menores ingresos con un parque inmobiliario más antiguo o compartimentado.
El historiador Antumi Toasijé, expresidente del Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica (CEDRE), declaró a elDiario: “Las personas que llegan con una situación económica más holgada pueden elegir [dónde vivir]”.
“Es cierto que la gente desea vivir en barrios donde haya compatriotas, comercio local y donde se sienta más protegida ante las agresiones del sistema. Lo que no es deseable es que las personas se vean forzadas a vivir donde no quieren”, añadió.
La concentración de migrantes recientes en estos distritos también ha incrementado la presión sobre los servicios públicos, de modo que colegios, hospitales y sistemas de atención social en los barrios afectados operan bajo una tensión muy superior a la de las áreas más prósperas.
Aunque los niveles generales de segregación en España siguen siendo moderados según los estándares europeos, los analistas advierten de que el patrón se está intensificando y definiendo geográficamente con mayor claridad.
El urbanista Javier Moreno, citado en la investigación, señaló: “Si no se refuerzan las políticas de vivienda asequible, la brecha entre barrios podría continuar ampliándose, consolidando la desigualdad social.”
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