El gobierno español está a punto de declararle la guerra a las toallitas húmedas con una ley que prohibiría tirarlas por el inodoro.
El borrador de la normativa, diseñado para ayudar a España a cumplir con la legislación de la Unión Europea sobre plásticos de un solo uso, también obligaría a los fabricantes a cubrir los costes de limpieza de los llamados fatbergs, que obstruyen las alcantarillas.
Estos fatbergs son masas sólidas y voluminosas que se forman cuando las grasas y aceites solidificados se mezclan con residuos no biodegradables, como toallitas o pañales. Algunos pueden pesar varias toneladas y solo pueden removerse con un esfuerzo y gasto considerable.
Cuando las toallitas se combinan con grasas solidificadas, pueden formar los mencionados fatbergs, que bloquean tuberías con un coste enorme. Según la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento, el coste anual de limpiar toallitas de los sistemas de alcantarillado y plantas depuradoras supera los 230 millones de euros.
La ley también prohibirá el lanzamiento intencional de globos de fiesta al medio ambiente, debido a la contaminación marina que causa el plástico. Según el borrador, las toallitas y los globos están entre los diez artículos de plástico de un solo uso más comunes en playas de la UE.
El texto legislativo señala: "Las toallitas húmedas —incluso las fabricadas con polímeros naturales no modificados químicamente— tienen un impacto ambiental negativo y afectan gravemente el funcionamiento de las redes de alcantarillado y depuración. Al no desintegrarse por completo, provocan obstrucciones que reducen la capacidad de retención de agua y aumentan el riesgo de desbordamientos, especialmente durante lluvias intensas."
Las empresas productoras de toallitas deberán asumir los gastos de limpieza de estos residuos no biodegradables, además de financiar campañas de concienciación pública sobre el problema.
