El gobierno español ha dado un gran paso hacia almuerzos más saludables para los niños en las escuelas para combatir el sobrepeso y la obesidad en los niños.
Bajo la nueva legislación aprobada esta semana, se prohíbe a las escuelas vender refrescos, bollería industrial y alimentos muy procesados.
Todas las escuelas, públicas y privadas, desde preescolar hasta la escuela secundaria, deben proporcionar cinco comidas nutritivas en un nuevo movimiento que busca utilizar la cafetería escolar como una herramienta para enseñar hábitos saludables y cerrar la brecha de desigualdad económica para las familias de bajos ingresos.
Los niños escolares españoles comenzarán a recibir comidas más saludables a partir de ahora.
Según un estudio del Instituto de Seguridad Alimentaria y Nutrición, hasta un 36% de los niños escolares españoles tienen sobrepeso, y ese número casi alcanza el 50% para las familias de bajos ingresos.
Las cafeterías escolares ahora servirán más productos frescos, cereales integrales y pescado, evitando alimentos con alto contenido de azúcar y grasas.
Se han establecido ciertas asignaciones para garantizar que las ofertas del menú estén bien equilibradas.
El nuevo decreto establece que el 45% de frutas y verduras frescas deben ser de temporada, de una a tres porciones cada semana deben incluir pescado y debe haber al menos una porción de pasta y pan integral a la semana.
El decreto también establece que se permite un máximo de cinco gramos de azúcar en un solo envase, lo que significa que todos los refrescos, jugos y bebidas energéticas están prohibidos de ser vendidos en la escuela.
Las nuevas reglas también limitan la venta de alimentos precocinados como pizzas, alimentos fritos y croquetas a una porción por mes.