El primer ministro izquierdista de España, Pedro Sánchez, anunció el miércoles una inversión gubernamental de 700 millones de euros para impulsar las ventas de vehículos eléctricos y fortalecer el crucial sector automovilístico del país.
El plan destina 400 millones de euros (466 millones de dólares) a subvencionar la compra de vehículos eléctricos el próximo año, y otros 300 millones a construir nuevas estaciones de carga en regiones con escasez.
Se simplificarán los trámites para instalar puntos de recarga y se ha lanzado una página web que cataloga todas las estaciones para facilitar su localización.
Sánchez afirmó que el objetivo es que los coches eléctricos sean tanto “competitivos” como “asequibles” para las familias.
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“Vamos a tomar el volante de la revolución del transporte, porque tenemos todo lo necesario para liderar una transformación de gran envergadura”, añadió.
Para hacer frente al cambio climático, la Unión Europea tiene actualmente el objetivo de eliminar progresivamente la venta de vehículos nuevos de combustión para 2035.
No obstante, el tamaño limitado de las redes de recarga y la resistencia de algunos fabricantes ha ralentizado los avances hacia dicha meta.
La industria automovilística presiona para que haya más margen para alternativas a los eléctricos puros, como los híbridos enchufables y los vehículos con motores de combustión de alta eficiencia.
España, el segundo mayor productor de automóviles de Europa después de Alemania, se enfrenta a un “desafío colosal” en la transformación de su industria, señaló Sánchez.
Con más de 40.000 estaciones de carga pública ya operativas, el país avanza de manera firme hacia una transición completa a los vehículos eléctricos para 2050, agregó.
Según cifras gubernamentales, el sector del automóvil representa alrededor del 10 por ciento del producto interior bruto de España y general casi dos millones de empleos directos e indirectos.