El Gobierno de España propondrá a la Unión Europea la abolición del cambio horario bianual, un rito que implica adelantar y atrasar los relojes en dos ocasiones a lo largo del año.
El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, manifestó a través de un vídeo en sus redes sociales que “cambiar la hora dos veces al año ya no tiene sentido”. Sostuvo que esta práctica “apenas contribuye al ahorro energético y posee un impacto negativo sobre la salud y la vida de las personas”.
Realizó estas declaraciones el lunes, apenas unos días antes de que los relojes se atrasen con la llegada del invierno. Sánchez afirmó: “Según las encuestas, los españoles y los europeos se muestran mayoritariamente en contra del cambio horario.”
Expuso que el Gobierno llevará el asunto a la reunión del Consejo de Transporte, Telecomunicaciones y Energía de la UE que tendrá lugar este lunes en Luxemburgo. Si bien la propuesta no figuraba originalmente en la agenda, el Secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, declaró a su llegada que solicitó su inclusión para “reabrir el debate sobre el cambio horario”, el cual lleva años estancado.
El Parlamento Europeo ya votó a favor de abolir el cambio en 2019, pero cuestiones como la pandemia de COVID-19 pasaron entonces a dominar la agenda. Pedro Sánchez expresó su deseo de que esta práctica cese tan pronto como en el otoño de 2026.
“¿Qué es la política útil? Pues aquella que escucha a la ciudadanía, también a la ciencia, y luego la convierte en ley”, concluyó su publicación en vídeo.
Por su parte, Joan Groizard comentó: “El sistema energético está cambiando mucho y es importante reabrir el debate para hallar una solución que funcione lo mejor posible.” Añadió: “Somos conscientes de la diversidad europea, pero entendemos que es importante reabrir el debate y abordar una cuestión importante para la ciudadanía.”
El siguiente paso requeriría que todos los gobiernos de los Estados miembros de la UE acordasen realizar un cambio, algo que no resulta sencillo dada la extensión del territorio. Groizard recalcó la necesidad de abordar un asunto que exige una “respuesta europea” y, por tanto, una coordinación entre los veintisiete.