El sistema ETIAS será pronto obligatorio para los viajeros del Reino Unido que visiten Europa.
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A los pensionistas británicos que planean una escapada a España se les acaba de dar un motivo para sonreír, mientras que los viajeros más jóvenes quizá no tengan tanta suerte. A partir de 2026, las nuevas normas de viaje de la UE supondrán que los británicos paguen para entrar en Europa, pero quienes superen los 70 años estarán exentos de la tasa.
¿En qué consisten las nuevas normas?
Los cambios se enmarcan en el Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS), un programa que pronto se aplicará a los titulares de pasaporte del Reino Unido que visiten España y otros 28 destinos europeos.
A partir de finales de 2026, los viajeros deberán solicitar una autorización de viaje ETIAS antes de embarcar en vuelos o transbordadores. Una vez aprobada, este permiso permite a los visitantes circular libremente por los países participantes durante un máximo de 90 días en cualquier periodo de 180 días.
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Pero aquí está el inconveniente: cada solicitud conllevará un cargo de 20 euros. Se trata de un aumento considerable con respecto a los 7 euros propuestos inicialmente; Bruselas alega ahora que la tasa debe ser mayor para cubrir los costes de los reembolsos de la deuda post-Covid y de las funciones técnicas añadidas.
¿Quiénes serán los únicos que no pagarán? Los menores de 18 años y los jubilados de 70 años o más. Para todos los demás, la nueva tasa podría encarecer los viajes rapidamente. Una familia de cuatro personas, por ejemplo, verá incrementado el precio de sus vacaciones en 80 euros.
¿Por qué ha subido la tasa?
Los funcionarios de la UE argumentan que el aumento es necesario para mantener la sostenibilidad del sistema, señalando que otros sistemas mundiales de autorización de viajes cobran más. Aún así, la medida resultará sin duda molesta para los turistas habituales, especialmente cuando muchos hogares ya se enfrentan al aumento de los costes.
Mientras tanto, la implantación del ETIAS ha estado plagada de retrasos. Inicialmente previsto para hace años, el sistema está ahora programado para ponerse en marcha en el último trimestre de 2026, con un periodo de gracia que se extenderá hasta 2027. La Comisión Europea insiste en que la mayoría de las solicitudes se aprobarán en minutos, pero advierte de que algunas podrían ser rechazadas.
Las solicitudes podrían denegarse por motivos que van desde pasaportes inválidos y formularios incompletos hasta “alertas de riesgo” señaladas por las bases de datos de seguridad europeas. Los viajeros que sean rechazados tendrán derecho a apelar la decisión.
Una vez concedida, la autorización ETIAS tendrá una validez de tres años, tras los cuales será necesaria una nueva solicitud –y otros 20 euros–.
Más controles para los británicos tras el Brexit
El ETIAS no es el único nuevo obstáculo para los viajeros del Reino Unido. A partir de octubre de este año, España también comenzará a implementar el Sistema de Entrada/Salida (EES) de la UE. Este sustituirá el tradicional sellado del pasaporte por controles biométricos, que requerirán que los británicos faciliten sus huellas dactilares y una fotografía en la frontera.
La idea, según Bruselas, es agilizar los cruces fronterizos a largo plazo, haciéndolos más seguros y eficientes. No obstante, persisten las dudas sobre si los aeropuertos y puertos podrán gestionar los cambios sin contratiempos, especialmente durante las temporadas altas de vacaciones.
Y hay otro problema: el desconocimiento. Una encuesta reciente de Co-op Insurance reveló que seis de cada diez británicos nunca habían oído hablar del ETIAS, lo que hace temer que muchos viajeros puedan verse sorprendidos por los nuevos requisitos.
España interesada en que los jubilados sigan visitando el país
Para España, uno de los destinos vacacionales favoritos de los británicos, la exención para los mayores de 70 años es un movimiento inteligente. Los jubilados constituyen una parte importante de los visitantes recurrentes, a menudo se quedan por periodos más largos y gastan más a nivel local. Al eliminar la tasa para ellos, España está señalando que no quiere correr el riesgo de desanimar a este grupo clave de turistas.
El Ministro de Gabinete Antonio Leitao Amaro describió las normas revisadas de la UE como un intento de “encontrar el equilibrio adecuado –ni con las puertas abiertas de par en par a los inmigrantes, ni cerradas–”, pero para muchos británicos el equilibrio se traduce en papeleo adicional y costes añadidos.
Con más de 16 millones de viajeros del Reino Unido dirigiéndose a España cada año, los cambios afectarán inevitablemente a millones de hogares. Por ahora, es posible que las familias tengan que aceptar que una simple semana de sol podría volverse un poco más costosa –mientras los abuelos disfrutan de entrada gratuita–.
