España decidirá si es legal cortar los servicios básicos a los ocupas

El Senado español tiene previsto votar este miércoles si se reforma o no el Código Penal para que la interrupción de suministros en propiedades okupadas deje de considerarse un delito de coacción.

La iniciativa fue presentada por el Partido Popular (PP) en la oposición, cuyo principal objetivo es garantir que los propietarios de inmuebles ocupados no se vean forzados a seguir pagando agua, luz o gas sin cometer un ilícito penal.

Esta medida surge después de que la ley antitomas, promovida por el PP, fuera bloqueada en el Congreso de los Diputados.

Según el PP, solo en 2024 se denunciaron en España 16.400 casos de toma de posesión y allanamiento, la tercera cifra más alta desde que el Ministerio del Interior comenzó a recopilar registros.

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“Nos encontramos ante un incremento del 7,4 por ciento en la ocupación ilegal en comparación con el año anterior”, manifestó el PP.

“Para clarificar criterios y asegurar su aplicación legal en toda España, debe incluirse como una excepción al delito de coacción regulado en el Código Penal”, añadieron.

Con esta propuesta, el PP pretende reducir el tiempo que un ocupante ilegal permanece en una vivienda, ya que carecerá de suministros básicos, lo que impedirá que se afiance en la propiedad a largo plazo.

Consideran que esta iniciativa obligará a los demás partidos a “reconfigurar su postura ante el problema de la ocupación ilícita”.

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En lo que respecta al número de propiedades ocupadas por región, Cataluña se sitúa a la cabeza con un total de 7.009 casos reportados. Le siguen Andalucía con 2.207, la Comunidad Valenciana con 1.767 y, posteriormente, Madrid con 1.451 inmuebles ocupados.

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La ley antitomas de España solo entró en vigor en abril de 2025; su propósito era agilizar el proceso legal y permitir los ‘desahucios exprés’ de ocupas.

Con anterioridad, desalojar a los okupas había sido un proceso notoriamente lento, lastrado por trámites burocráticos. En algunos casos, los propietarios han tardado meses o incluso años en recuperar sus inmuebles.

La ley prometía poder expulsar a los ocupas en un plazo de 15 días desde la presentación de la denuncia, pero el PP denunció que el Congreso de los Diputados está “manteniendo como rehén a la ley antitomas” y que no está funcionando como se pretendía.

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El cambio normativo solo cubría a los okupas y no a los denominados inquiokupas. Este término se refiere a cuando un inquilino legal deja de pagar el alquiler y luego se niega a abandonar la propiedad. Bajo la ley antitomas de abril, los arrendadores no podían desahuciar a este tipo de ocupantes.

El PP desea incentivar a los propietarios a que pongan sus viviendas vacías en el mercado de alquiler y otorgarles garantías de que, si sus inquilinos cesan el pago de la renta mensual y los gastos correspondientes, los dueños no tendrán que hacerse cargo del coste de los suministros.

Si esta medida es aprobada en el Senado, su ratificación definitiva aún deberá producirse en el Congreso en una fecha posterior antes de que entre en vigor.