Por Olivier Acuña Barba •
Publicado: 3 Ago 2025 • 20:10
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La economía española crece más rápido que la de sus vecinos de la Eurozona, pero la pregunta es si será sostenible o no | Crédito: JaviJ/Shutterstock
España está creciendo más rápido que los demás países de la Eurozona. Esto ha generado dudas y preocupaciones sobre si su desempeño refleja una transformación económica estructural o si es solo un fenómeno temporal impulsado por factores específicos.
Si comparamos la España actual con la del peor momento de la crisis global por COVID, el país tiene 2.2 millones más de personas empleadas, mientras que su PIB ha crecido un 9% en términos reales. Su crecimiento es el doble que el de la Eurozona.
En el segundo trimestre de 2025, el PIB de España creció un 0.8% respecto al trimestre anterior, según datos preliminares del Instituto Nacional de Estadística (INE). El país superó el crecimiento medio de la Eurozona, que fue del 0.3%.
Superó a la Eurozona por un 2%
En términos interanuales, la economía española creció un 2.9%, frente al 0.9% de la Eurozona en su conjunto. Estas cifras generaron optimismo, pero también avivaron el debate sobre la sostenibilidad de este crecimiento y si refleja un cambio real en el modelo económico del país.
Se argumenta que los sectores que más han avanzado en los últimos años son los servicios de alto valor añadido.
El sector de la información y comunicaciones (que incluye actividades TIC) destaca por encima de los demas, con un valor añadido que aumentó un 24%, según datos de Eurostat. Las actividades profesionales, científicas y técnicas, que ofrecen alto valor añadido y empleos de calidad, le siguen de cerca, con un crecimiento del 21%.
El gobierno utiliza estos datos para justificar su éxito en cambiar el modelo productivo de España y liderar el crecimiento en Europa.
Sin embargo, la realidad es que estos servicios de alto valor añadido están creciendo rápidamente en todos los países. España no es una excepción. En pocas palabras, estas son las actividades que ahora impulsan las economías de los países desarrollados. Empresas de todo el mundo están invirtiendo en ellas, según un informe de El Confidencial sobre la economía española.
Turismo y demanda interna, motores clave
Varios factores han respaldado el buen desempeño de la economía española en los últimos trimestres. El turismo, uno de los pilares tradicionales, sigue destacando.
En 2024, 93 millones de extranjeros visitaron España, y se espera que este año lleguen a 100 millones.
El consumo de los hogares, respaldado por el aumento de salarios y un mercado laboral resistente, se ha mantenido sólido pese a las presiones inflacionarias.
La tasa de desempleo, aunque aún alta (11.3%), es la más baja en más de una década.
Las tendencias sugieren algunos cambios
El crecimiento de España ha generado debate sobre su dirección y si es más diversificado y resiliente. El país ha recibido críticas por su bajo peso industrial e innovación en comparación con las economías del norte de Europa.
No obstante, las tendencias recientes apuntan a ciertos cambios. Los sectores digital y de energías renovables están ganando terreno, con España a la cabeza en energía solar y eólica en Europa.
“España ya no es solo sol y playa; estamos construyendo una economía basada en la innovación, digitalización y sostenibilidad”, declaró recientemente el ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
El crecimiento de las exportaciones en un 4.1% interanual en el primer semestre de 2025 indica mayor competitividad internacional, especialmente en sectores como agroalimentación, automoción y farmacéutico.
Las ventas de viviendas han repuntado con fuerza este año, sobre todo en el sector de segunda mano, donde las inmobiliarias juegan un papel clave. El aumento de transacciones y precios ha elevado los ingresos del sector y, por tanto, su contribución al PIB.
El reto es crecer mejor
El otro sector clave de servicios de alto valor añadido, las actividades profesionales, científicas y técnicas, sí contribuyó a un crecimiento superior al promedio de la Eurozona, pero España sigue en el puesto 11 entre los 20 países.
A pesar de las cifras alentadoras, los economistas advierten que el crecimiento español no necesariamente indica cambios estructurales. La dependencia del turismo, aunque es una fortaleza, deja la economía expuesta a shocks externos, como tensiones geopolíticas o cambios en los patrones de viaje globales.
Por ahora, España goza de fortaleza económica, pero progresar a partir de aquí dependerá de su capacidad para equilibrar sus puntos fuertes tradicionales con nuevas oportunidades. Como dijo un economista: “España está creciendo, pero el desafío es crecer mejor”.
