El Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha anunciado recientemente un plan de alquiler con opción a compra de 30.000 euros para facilitar el acceso de los jóvenes a la vivienda, aunque expertos ya cuestionan su viabilidad real.
A mediados de septiembre, Sánchez desveló en el Congreso un paquete de ayudas de casi 30.000 euros por persona destinado a programas de rent-to-own para jóvenes con dificultades para adquirir una vivienda.
No obstante, especialistas del sector ya han expresado escepticismo sobre el realismo de la propuesta y su capacidad real para ayudar a los jóvenes españoles.
Al presentar la iniciativa, Sánchez —cuyo Ejecutivo se ha comprometido a resolver los problemas de acceso a la vivienda durante su segundo mandato— declaró: "Vamos a crear un nuevo sistema de ayuda al alquiler con opción a compra de casi 30.000 euros para que los jóvenes puedan vivir en una vivienda protegida de forma permanente durante años y eventualmente adquirirla".
El Ministerio de Vivienda ha señalado que la ayuda se destinará a viviendas protegidas, y que el alquiler pagado se considerará como un pago anticipado para la compra. El programa busca evitar la especulación, por lo que si el propietario desea vender la propiedad en el futuro, deberá hacerlo a un precio tasado y a una persona que cumpla los mismos requisitos.
Aunque la medida parece alentadora en teoría, en la práctica los expertos dudan de su viabilidad, y gran parte del problema radica en la oferta insuficiente de viviendas adecuadas para que el esquema funcione.
Según datos del portal inmobiliario Idealista, entre 2018 y 2025 solo se construyeron 632 viviendas protegidas con opción a compra en toda España, mientras que en los últimos 15 meses apenas se han iniciado 65 unidades.
Idealista subraya que "estas propiedades constituyen el stock total actual de viviendas que podrían ser adquiridas por jóvenes con la ayuda de 30.000 euros del Gobierno". Además, en el primer trimestre de este año —últimos datos disponibles— no se inició ni una sola vivienda de este tipo en el conjunto del país. Tampoco hay indicios de unidades terminadas.
En el caso de viviendas protegidas en alquiler con opción a compra con calificación provisional —es decir, aún en construcción y susceptibles de acogerse a la medida en el futuro—, el balance es aún más preocupante: solo 1.182 unidades construidas desde inicios de 2024 hasta marzo pasado, y 65 unidades en todo el año 2024.
Evidentemente, la gran idea de Sánchez necesita respaldo constructivo. Carolina Roca, presidenta de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima), señala que "la ayuda anunciada en el Plan de Vivienda tiene, una vez más, un error conceptual: tenemos un problema de oferta de vivienda protegida, no de demanda. El Plan debería orientarse a aumentar la construcción de vivienda protegida, por lo que la ayuda debería ir a la oferta y no a la demanda. ¿Qué sentido tiene dar 30.000 euros para un producto del que solo se construyen 65 viviendas al año?".
Miguel Córdoba, economista de la Universidad CEU San Pablo, tampoco le ve mucho sentido a la propuesta: "Por mucho que se ofrezcan este tipo de subsidios, no se va a solucionar la escasez de vivienda. Simplemente se gastará más dinero público… Si no hay viviendas asequibles para alquilar o comprar, difícilmente se alquilarán o comprarán".
Además, existe incertidumbre sobre si la ayuda estará o no exenta de impuestos. Informes de prensa sugieren que no será automáticamente excluida del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), y fuentes jurídicas advierten de que, a menos que el texto legal lo establezca expresamente, la ayuda podría considerarse una ganancia patrimonial o rendimiento del capital, al tratarse de una subvención directa con fondos públicos.
Asimismo, el socio minoritario de coalición en el Gobierno de Sánchez, Sumar, ya ha expresado su preocupación sobre la viabilidad real de la medida, tachándola de "gesto vacío" y "medida estética".
La Vicepresidenta Segunda y Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha criticado la iniciativa, argumentando que "la ayuda al alquiler es una transferencia directa a los bolsillos de los propietarios" y que "la urgencia es bajar precios, y esta medida va en la dirección contraria".
