¿Es la indignación de Kemi Badenoch por las bandas de acoso solo política o realmente le importa? | Noticias de Política

Aquí una regla que suelo aplicar en Westminster: si un político habla, es probable que esté haciendo política.

Y si el tema de debate es especialmente grave o serio, hay que estar más preparado para aplicar la regla, no menos.

Lo que nos lleva al escándalo de grooming.

No hay duda de que la líder conservadora Kemi Badenoch estaba politicizando el tema cuando criticó al gobierno en el parlamento el lunes. De hecho, ella misma lo admitió.

Cuando le preguntaron en su rueda de prensa, dijo: "Cuando estoy en el parlamento, hago política. Si cada vez que señalamos algo y hacemos nuestro trabajo nos acusan de politizar, se vuelve más difícil."

Así que la pregunta aquí no es tanto si hay política de por medio (casi siempre la hay, y no tiene por qué ser malo), sino más bien a qué intereses sirve esa política.

En otras palabras, ¿a Badenoch le importa el escándalo del grooming porque le importan las víctimas o porque le importa ella misma?

Para responder, es útil intentar saber exactamente cuándo la líder conservadora empezó a pedir con tanto interés una investigación pública. ¿Siempre lo quiso? ¿O solo después de que Elon Musk y otros pusieran el tema de nuevo en la agenda?

En esto, no la ayuda el historial de los gobiernos en los que trabajó. Sí, la investigación general sobre abuso infantil se anunció con David Cameron, pero no hubo una investigación específica sobre grooming.

En 2022, el entonces ministro conservador rechazó las peticiones de una investigación pública, argumentando que eran preferibles las investigaciones locales. Curiosamente, esa es la misma explicación que dio la ministra laborista Jess Phillips en una carta que causó indignación y nos llevó a este desenlace.

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"Si lo hubiéramos hecho bien hace años, dudo que estuviéramos aquí ahora", escribió la baronesa Casey en su informe.

Si se puede criticar a Labour por actuar lento, lo mismo aplica a los conservadores y, por ende, a Badenoch. Sus asesores insisten en que, como ministra, estaba sujeta a la responsabilidad colectiva y que el tema no era de su competencia.

Ella también menciona su trabajo con pacientes de la clínica de género Tavistock (ya cerrada) como prueba de su historial en temas polémicos.

Dado el rol del género y la etnia en este escándalo, es un tema que cualquiera esperaría que le interesara y le importara.

Pero, como ya se discutió, que un político sea sincero no significa que no haya también un poco de política de por medio.

Y, tras escuchar una grabación de una reunión con su asesor de medios en enero, parece ser el caso aquí.

Cuando le preguntaron qué había cambiado para pedir la investigación, el portavoz dijo: "Todos podemos ver por qué esto entró en el debate público. Es un tema de gran relevancia."

O, en otras palabras, la política cambió.

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