El presidente sirio, Ahmed Al-Sharaa, se reunirá con el presidente Trump en la Casa Blanca el lunes. Esto marca un cambio radical en la situación de un hombre que, hasta hace solo tres días, era considerado un terrorista internacional por el gobierno estadounidense, con una recompensa de 10 millones de dólares por su captura.
El exlíder de un grupo afiliado a Al-Qaeda en Siria renunció al extremismo islámico despues de ascender para liderar su país, devastado por la guerra. Hace casi un año, él lideró a su milicia rebelde para forzar la salida del poder y el exilio en Rusia del dictador de larga data, Bashar al-Assad.
Siria estuvo paralizada durante décadas por las sanciones impuestas por EE.UU. y otras naciones contra Assad. La reunión del lunes en la Casa Blanca podría significar que el país se acerque aún más a la comunidad internacional, mientras Al-Sharaa busca normalizar las relaciones.
La Casa Blanca espera que Siria se una formalmente a la lucha contra el ISIS, un grupo al que la antigua milicia del propio Al-Sharaa, Hayat Tahrir al-Sham, se enfrentó durante los últimos años de la guerra civil siria de 14 años, cuando él usaba el nombre de guerra Abu Mohammed al-Golani.
Es posible que firme un acuerdo formal con el presidente Trump durante su encuentro en persona el lunes —que será su tercero hasta la fecha— para cooperar en contraterrorismo. Si esto sucede, sería un momento altamente simbólico, que indicaría un giro de 180 grados en cómo el gobierno de EE.UU. percibe a Siria.
Bajo el mandato de Assad, hace unos 12 años, se permitió que el ISIS creciera y se convirtiera en una de las organizaciones terroristas más poderosas del mundo. En un momento dado, llegó a controlar un vasto territorio que abarcaba la frontera entre Siria e Irak.
Después de reunirse con Al-Sharaa por primera vez en Arabia Saudita en mayo, el Sr. Trump describió al líder sirio como un “hombre joven, atractivo, duro, con un pasado fuerte”.
Una foto publicada el 14 de mayo de 2025 por la agencia estatal Saudi Press Agency muestra, de izquierda a derecha, al presidente Trump, al príncipe heredero saudí Mohammed Bin Salman y al presidente sirio Ahmed al-Sharaa, durante una reunión en Riad, Arabia Saudita.
Saudi Press Agency/Handout/REUTERS
Durante el fin de semana, también se convirtió en el primer líder sirio en jugar al baloncesto con el ejército estadounidense. Un video compartido el sábado por el ministerio de relaciones exteriores sirio lo muestra anotando un triple mientras juega con un almirante y un general de brigada en un lugar no revelado de EE.UU.
Pero hasta el viernes por la mañana, el presidente sirio todavía estaba oficialmente designado como terrorista por el gobierno de EE.UU., como lo había estado desde 2013. Esa designación fue eliminada al final del día.
También es probable que se hable en la Casa Blanca el lunes sobre la eliminación oficial de las sanciones económicas de EE.UU. contra Siria, que el Sr. Trump puso en marcha en mayo con una orden ejecutiva.
Esa orden eliminó las sanciones sobre Siria, “manteniendo al mismo tiempo sanciones contra el expresidente Assad, sus asociados, violadores de derechos humanos, traficantes de drogas, personas vinculadas a actividades con armas químicas, ISIS y sus afiliados, y representantes iraníes”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en junio.
El gobierno de transición de Al-Sharaa ha presionado a la administración Trump durante meses para obtener alivio de las sanciones, y ya se estaba trabajando para suavizar algunas incluso antes del anuncio del presidente en mayo, pero otras medidas aún deben ser revocadas formalmente por el Congreso.
En una aparente muestra de su determinación para acabar con el ISIS y otros extremistas, el gobierno sirio anunció que más de 70 presuntos miembros del grupo habían sido detenidos justo horas antes de que Al-Sharaa aterrizara en Washington.
En septiembre, al dirigirse a la Asamblea General de la ONU en Nueva York —otro momento histórico, ya que habían pasado casi seis décadas desde que un líder sirio lo hacía— Al-Sharaa les dijo a los líderes reunidos que su país estaba “recuperando su lugar legítimo entre las naciones del mundo”.
Pero para recuperar su lugar, también necesita reconstruirse, una tarea hercúlea que Al-Sharaa le dijo recientemente a Margaret Brennan de CBS News en una entrevista para 60 Minutes que probablemente costaría entre 600.000 y 900.000 millones de dólares.
Enfatizó que requeriría la ayuda de la comunidad internacional.
“El mundo vio desarrollarse esta tragedia durante 14 años y no pudo hacer nada para detener este crimen masivo”, dijo sobre la guerra civil siria. “Así que, el mundo hoy debería proporcionar apoyo a Siria.”
El lunes, es probable que le pida al líder de la nación más rica del mundo que ayude en todo lo que pueda.