El enviado especial estadounidense Steve Witkoff se unirá a las conversaciones con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan en Ankara este miércoles. Zelensky declaró que quiere “intensificar” las negociaciones de paz.
“Acelerar el fin de la guerra con todas nuestras fuerzas es la principal prioridad para Ucrania,” dijo Zelensky, añadiendo que los esfuerzos también se centrarán en reanudar los intercambios de prisioneros.
Turquía ha mantenido relaciones tanto con Kyiv como con Moscú y ya ha organizado conversaciones entre las dos facciones anteriormente.
Sin embargo, ningún representante ruso participará en la reunión en Ankara, según afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Peskov añadió que, aunque no hay “planes concretos” para que Vladimir Putin hable con el lado turco o con Witkoff, el presidente ruso está “por supuesto abierto al diálogo”.
Ankara será la cuarta capital que Zelensky visita en solo unos pocos días. En Atenas, aseguró un acuerdo de gas; en París, firmó un acuerdo para obtener hasta 100 aviones de combate; y en Madrid, mantuvo conversaciones sobre cooperación con fabricantes españoles de armamento.
Estas visitas forman parte de la misión de Zelensky para intentar consolidar el apoyo europeo a Ucrania, mientras los ataques rusos se intensifican y las tropas de Moscú se acercan a la importante ciudad oriental de Pokrovsk.
A nivel interno, Zelensky enfrenta la crisis más grave en años. Varios miembros de su círculo más cercano están siendo investigados por coorganizar un esquema criminal a gran escala, y dos ministros han renunciado.
El escándalo amenaza con ampliarse, y algunos líderes de la UE –que en diciembre decidirán si desbloquean un préstamo de 140 mil millones de euros para Kyiv basado en activos estatales rusos congelados– han advertido que Zelensky necesita hacer más para combatir la corrupción.
A medida que se acerca el cuarto aniversario del inicio de la invasión a gran escala de Rusia en febrero de 2022, Moscú y Kyiv siguen fundamentalmente opuestos en sus visiones sobre cómo poner fin a la guerra.
A principios de noviembre, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que las condiciones de Rusia para un acuerdo de paz no han cambiado desde que Putin las presentó en 2024.
En ese momento, el presidente ruso exigió que Kyiv renunciara a cualquier ambición de unirse a la OTAN, además de una retirada total ucraniana de las regiones de Donetsk, Luhansk, Zaporizhzhia y Kherson.
Zelensky ha argumentado repetidamente que retirarse de Donetsk y Luhansk –conocidas colectivamente como Donbas– dejaría al resto del país vulnerable a futuros ataques.
Tras una larga reunión con Putin en abril, Witkoff pareció sugerir que un acuerdo de paz entre Moscú y Kyiv dependía del estatus de las regiones ucranianas en disputa, así como de Crimea, que Rusia anexó ilegalmente en 2014. Esta postura generó tensiones con Zelensky, quien lo acusó de “difundir narrativas rusas”.
Zelensky y Witkoff no se han reunido desde principios de septiembre. Aunque el verano fue testigo de una serie de conversaciones y reuniones de alto nivel –incluyendo entre Trump y Putin– los esfuerzos estadounidenses para acercar un alto el fuego entre Rusia y Ucrania se han estancado.
En un momento dado, parecía que Trump y Putin iban a reunirse nuevamente en Budapest, pero esa cumbre fue cancelada, aparentemente después de que el lado estadounidense se diera cuenta de que Moscú no tenía intención de ceder en varias demandas inaceptables para Kyiv.
No obstante, el contacto entre funcionarios estadounidenses y rusos ha continuado, aunque de forma discreta. Según los informes, el enviado especial de Putin, Kirill Dmitriev, estuvo en Washington para reunirse con Witkoff a finales de octubre, solo unos días después de que Trump impusiera sanciones a las dos mayores empresas petroleras de Rusia.