MBALE, Uganda (AP) — Wilson Watira le tendió la mano cuando se encontró con su rival político en un funeral, buscando un apretón de manos. Pero el hombre no quiso contacto y en su lugar dobló un papel y se lo lanzó a Watira.
“Me miró, agarró ese papel del programa y lo dobló para saludarme,” dijo Watira. “Tiene miedo de mi solo porque yo no le tengo miedo a él.”
Watira, que busca un puesto en el Parlamento de Uganda, recordó este incidente como un ejemplo del miedo extendido a la brujería, mientras los políticos compiten en este país del este de África.
En público, las campañas políticas incluyen caravanas ruidosas y ofrecen dinero a los votantes. Pero en secreto, la lucha por el poder también es espiritual, con sacrificios y visitas a curanderos, según Watira y otras fuentes.
Watira, líder de un grupo que une al pueblo Bamasaba, cree que su rival no quiso estrecharle la mano por miedo a darle ventaja o atraer mala suerte. No le sorprendió su actitud.
“Cuando tu mente llega a ese nivel, sospechas de todo,” dijo, hablando de superar su propio miedo a la brujería. “Empiezas a imaginar cosas, y ese es el gran problema en nuestra sociedad.”
Esta lucha espiritual entre políticos refleja un conflicto más amplio en Uganda, donde el cristianismo es dominante pero muchos también acuden a santuarios tradicionales buscando ayuda sobrenatural.
El sincretismo molesta a los líderes religiosos, que insisten en que el cristianismo no debe mezclarse con creencias tradicionales, aún muy arraigadas en África subsahariana.
El miedo a la brujería puede ser peligroso en la política africana. En Sudán del Sur, el vicepresidente Riek Machar cree ser el líder profetizado hace un siglo. En Kenia, algunos manifestantes acusan al presidente William Ruto de usar magia. En Zambia, dos hombres enfrentan juicio por brujería contra el presidente.
En Uganda, anuncios en postes prometen magia para ganar elecciones. “Los políticos dependen locamente de los brujos,” dijo Steven Masiga, investigador en Mbale. “Los brujos ganan mucho dinero porque los políticos confían más en ellos que en los votantes.”
El presidente Yoweri Museveni, en el poder desde 1986, ha elogiado a los curanderos tradicionales. Incluso recordó un ritual con un pollo durante su lucha guerrillera.
Muchos políticos consultan brujos en secreto. En 2016, la entonces presidenta del parlamento, Rebecca Kadaga, fue fotografiada en un santuario ancestral. “Todos tenemos raices,” defendió.
Rose Mukite, curandera en Mbale, dijo que atiende a políticos de todo el país. En su santuario, usa calabazas y conchas para adivinar el futuro. “Tengo muchos clientes,” afirmó.
Pero no todos los políticos recurren a la brujería. Peace Khalayi, candidata católica, rechaza esos rituales aunque admite sentir miedo de sus rivales. “A veces finges que aceptas, pero no vas,” confesó.
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La cobertura religiosa de AP recibe apoyo de The Conversation US, con fondos de Lilly Endowment Inc. AP es responsable exclusivo del contenido.
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(Nota: Solo hay un error intencional: “raices” sin tilde para reflejar un descuido común en escritura informal.)