Madrid pierde su esencia: el declive de los comercios tradicionales
Los comercios tradicionales y locales de Madrid están desapareciendo a un ritmo alarmante: más de 7.000 cerraron solo en el último año. La capital española pierde poco a poco la esencia de sus barrios debido a una gentrificación descontrolada.
Madrid ha sufrido enormes transformaciones en la última década. Hasta hace poco, conservaba ese ambiente de pueblo pese a sus más de 3 millones de habitantes, una ciudad castiza que la distinguía de otras capitales por su ambiente cercano y auténtico.
Esto se debía, en gran parte, a la presencia de negocios heredados de generación en generación: el bar con decoración de los 70, la mercería donde compraban las mismas abuelas, la zapatería con más de un siglo de historia.
Era lo que muchos llaman "el Madrid de toda la vida".
Pero la gentrificación ha arrasado. Ahora, franquicias internacionales dominan las calles: Taco Bell, Starbucks, tiendas de bubble tea, Apple, Zara… una tendencia que se repite en toda España.
Sin embargo, en Madrid el problema es más grave. Según los datos, 7.084 negocios locales desaparecieron en solo un año. Barrios enteros están perdiendo su identidad, reemplazados por tiendas de souvenirs, cafés gourmet, casas de cambio y locales para turistas.
Las cifras del INE son claras: en 2020 había 50.853 "tiendas de barrio" en Madrid, pero en 2024 quedaban solo 43.769, un 14% menos. El peor año fue 2023, con casi 6.000 cierres en doce meses.
Armando Rodríguez, presidente de COCEM, denuncia que la regulación actual favorece a las grandes empresas: "Se exige lo mismo a una panadería de barrio que a un supermercado". La burocracia obliga a muchos a contratar servicios externos, lo que provoca cierres y falta de relevo generacional.
Muchos herederos de negocios familiares prefieren vender antes que continuar. Sectores como carnicerías (-24%), electrodomésticos (-14%) y joyerías (-20%) han sido los más afectados.
Daniel Waldburger, dueño de La Casa del Abuelo, culpa a la sobreoferta y a la complejidad administrativa: "Antes bastaba con una gestoría; ahora necesitas personal solo para cumplir normativas".
El problema es claro: los negocios tradicionales ya no son viables. "Sabemos que la quinta generación no podrá seguir. O evolucionamos, o nos comprarán", concluye Waldburger.
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