Marshall no había pisado el ring en dos años, pero aún conservaba uno de sus títulos mundiales, el IBF, al entrar entre las cuerdas.
El inglés, ex campeón indiscutible del peso súper mediano, había dejado vacante su reinado, permitiendo que Green ascendiera como monarca de la OMB.
El púgil de Hartlepool comenzó aceptable, mostrando cierto óxido, aunque no tardó en imponerse, dominando a un Green al que le descontaron un punto por agarrar.
El veterano de 34 primaveras castigó a Green en varias ocasiones, pero el combate dio un vuelco cuando el norteamericano conectó un potente izquierdazo.
Marshall resistió dos asaltos de castigo y sufrió bajo el acoso de su rival, pero logró reponerse.
Pese al ímpetu de Green, su falta de precisión lo traicionó, permitiendo a Marshall capear el temporal y recuperar el control.
Los últimos rounds fueron ajustados, reflejo de dos gladiadores que basan su estilo en golpes contundentes.
Ambos llegaron exhaustos al final, intercambiando miradas tensas mientras esperaban el veredicto de los jueces.
Un árbitro puntuó 96-93 para Marshall, mientras que las otras tarjetas favorecieron a Green por 95-94 y 96-93.
Es apenas la segunda derrota del británico (la primera fue ante Claressa Shields en 2022), pero tras un duelo tan reñido, podría exigir una revancha inmediata.