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Estás elecciones son las primeras en Siria desde que Ahmed al-Sharaa derrocó a Bashar al-Assad el diciembre pasado.
Siria celebrará sus primeras elecciones parlamentarias el domingo desde la caída de Bashar al-Assad, en medio de preocupaciones sobre su inclusividad y sucesivos aplazamientos.
No habrá voto directo para la Asamblea del Pueblo, que será responsable de la legislación durante un período de transición.
En su lugar, “colegios electorales” seleccionarán representantes para dos tercios de los 210 escaños. El presidente interino, Ahmed al-Sharaa, designará al resto.
El ex presidente Assad, quien estuvo en el poder por mucho tiempo, fue derrocado por las fuerzas de Sharaa hace 10 meses después de una guerra civil de 13 años.
Las autoridades dijeron que han pospuesto los comicios por razones de seguridad en dos provincias controladas por kurdos y en una tercera donde hubo enfrentamientos mortales entre fuerzas gubernamentales y milicias drusas.
Los choques, en julio, marcaron el último brote de violencia sectaria en Siria desde el derrocamiento de Assad.
En un discurso en la Asamblea General de la ONU la semana pasada -el primero de un presidente sirio en 60 años- Sharaa prometió llevar ante la justicia a todos los responsables del derramamiento de sangre, así como a quienes cometieron atrocidades bajo el mandato de Assad.
También prometió que Siria ahora se está “reconstruyendo mediante el establecimiento de un nuevo estado, construyendo instituciones y leyes que garantizan los derechos de todos sin excepción”.
Los comicios del domingo están siendo supervisados por el Comité Superior para las Elecciones de la Asamblea del Pueblo Sirio, cuyos 11 miembros fueron elegidos por el presidente en junio.
El número de escaños asignados en cada uno de los 60 distritos se basa en datos del censo recogidos en 2010 -el año antes de que el país descendiera a una guerra civil que mató a más de 600,000 personas y desplazó a otros 12 millones.
El aplazamiento de las elecciones en las tres provincias -Raqqa, Hassakeh y Suweida- significa que los colegios electorales en solo 50 de los 60 distritos elegirán representantes para aproximadamente 120 escaños el domingo.
Habrá más de 1,500 candidatos, quienes también deben ser miembros del colegio electoral. Se prohibió la membresía a simpatizantes del “antiguo régimen o de organizaciones terroristas”, así como a defensores de la “secesión, división o que busquen intervención extranjera”.
Se requirió que al menos el 20% de los miembros de los colegios electorales fueran mujeres. Pero no hubo cuotas mínimas para legisladoras, ni para aquellos de las muchas minorías étnicas y religiosas del país.
El presidente elegirá a los representantes para 70 escaños fuera de los colegios electorales.
El mes pasado, 14 grupos de la sociedad civil siria expresaron su preocupación de que esto significa que él tendrá una influencia directa sobre la composición del parlamento.
“Esta configuración hace que el parlamento sea susceptible a equilibrios de poder que no reflejan la voluntad de los votantes y socava su naturaleza representativa pretendida, permitiendo que el poder ejecutivo domine una institución que debería ser independiente y reflejar la voluntad popular”, advirtió un comunicado conjunto.
También dijeron que la influencia directa e indirecta del presidente sobre el Comité Superior y los colegios electorales hace que las elecciones sean “simbólicas en el mejor de los casos, carentes de su propósito democrático de asegurar representación y rendición de cuentas”.
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Se ha expresado preocupación por el nivel de representación femenina en las elecciones.
Sharaa ha defendido la forma en que se realizan las elecciones. “Como período de transición, hay dificultades para realizar elecciones populares debido a la pérdida de documentos, y la mitad de la población está fuera de Siria, también sin documentos”, dijo en una entrevista televisiva, refiriéndose a los millones de refugiados que no han regresado.
El Comité Superior dijo que no era posible realizar elecciones en Raqqa, Hassakeh y Suweida debido a la “situación de seguridad y política”. Los 20 escaños asignados para ellas permanecerán vacantes hasta que se puedan realizar los comicios.
Raqqa y Hassakeh están mayormente controladas por una alianza de milicias lideradas por kurdos, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que están en un enfrentamiento con el gobierno interino sobre la implementación de un acuerdo de marzo para integrar todas las instituciones militares y civiles en el estado.
Thouraya Mustafa del Partido de la Unión Democrática Kurda (PYD) dijo que el proceso electoral y el retraso muestran que el gobierno tiene la misma mentalidad “que la anterior mentalidad autoritaria”.
“Vemos exclusión y negación de los derechos del pueblo sirio, como las elecciones. Por lo tanto, el gobierno interino sirio no representa la voluntad del pueblo sirio”, dijo a la agencia de noticias Reuters.
El gobierno también tiene poca influencia en Suweida, donde las tensiones con la población predominantemente drusa se han mantenido altas desde la violencia sectaria allí hace tres meses.
La violencia estalló cuando milicias drusas se enfrentaron con tribus beduinas suníes, lo que provocó que el gobierno enviara sus fuerzas a intervenir. Más de 1,000 personas murieron en los enfrentamientos, la mayoría de ellos drusos, según grupos de monitoreo.
Hussam Nasreddin, un residente del suburbio de Damasco sur predominantemente druso de Jaramana, descartó el proceso electoral como “más bien como un nombramiento”.
“La Asamblea del Pueblo debería ser elegida por el pueblo y debería representar al pueblo”, dijo a Reuters. “Hoy no sabemos nada. No vimos ninguna lista ni representantes. No vimos nada.”