El torero y el rey del cine: Cómo Orson Welles cambió Beverly Hills por los ruedos y eligió Ronda como su hogar eterno.

CUANDO Cayetano Ordoñez, conocido como ‘El Niño de la Palma’, alcanzó la fama como torero, se compró una finca.

Cayetano, de etnia gitana, se crió en la pobreza en Ronda. Su padre se ganaba un precario sustento como zapatero. Esto ocurría hace ya un siglo.

La clientela del Sr. Ordoñez era analfabeta, así que, como estrategia comercial, colocó una gran hoja de palma sobre la entrada de su tienda. Cuando la gente necesitaba poner suelas a sus zapatos, sabía que debía dirigirse a ‘La Palma’.

Los toreros necesitan apodos. Pensemos en Manuel Rodríguez, el más grande de todos ellos. ¿Cuántos jóvenes en Andalucía se llaman ‘Manuel Rodríguez’? Miles. Pero ‘Manolete’ sobresale entre la multitud.

Por eso el joven Cayetano se hizo llamar ‘El Niño de La Palma’.

¿Qué tiene todo esto que ver con Orson Welles?

La finca, ‘El Recreo’, pasó al hijo de Cayetano, también torero, Antonio Ordoñez. Antonio mantuvo una gran amistad con Ernest Hemingway y, posteriormente, con Orson Welles.

Antonio Ordoñez en acción

Los dos estadounidenses eran grandes aficionados a los toros y fueron huéspedes frecuentes en El Recreo.

Hasta el día de hoy, la finca ha permanecido en manos de la familia Ordoñez. En su día estaba en el campo, a media milla de Ronda, pero la expansión urbana ha engullido la zona. No obstante, El Recreo sigue en pie con orgullo.

Cuando Welles, el gran actor y director, falleció repentinamente en 1985, entre sus papeles se encontró su deseo manuscrito de ser cremado y de que sus cenizas fueran esparcidas en el pozo de la finca, en su amada Ronda.

LEAR  Personalidades VIP en la apertura del restaurante Hook «Euro Weekly News»

Evidentemente, El Recreo tenía para él una gran importancia emocional, y su deseo fue cumplido. El pozo de la finca es ahora conocido como el ‘Pozo Orson Welles’.

Orson Welles nació en Wisconsin en 1915. Su colosal talento fue evidente desde muy temprana edad. A los 16 años viajó por Irlanda por su cuenta y se granjeó papeles de actuación en el Gate Theatre de Dublín.

De vuelta en EE. UU., conquistó Broadway como un joven director de teatro genial. El paso siguiente y obvio fue su progresión a Hollywood.

Orson Welles. Cordon Press

Tenía 25 años cuando escribió, dirigió y protagonizó *Ciudadano Kane*, una película que la crítica suele votar como ‘la mejor película de la historia’.

Charles Foster Kane es un magnate de la prensa ficticio, similar a Rupert Murdoch. A través de un caleidoscopio de imágenes impactantes, observamos la vida de Kane mientras pasa de ser un héroe joven y optimista a un anciano triste y quebrantado.

Poseía una riqueza fabulosa, pero anhelaba amor, y nunca lo encontró.

Inmediatamente antes del sensacional *Ciudadano Kane*, Welles causó un enorme revuelo con su producción radiofónica de *La Guerra de los Mundos*.

Realizó una versión tan potente y convincente de la novela de H.G. Wells sobre marcianos invadiendo la Tierra, que miles de estadounidenses pensaron que estaba ocurriendo de verdad.

LEER MÁS:

¡La gente cargó el coche familiar y huyó de sus hogares para escapar de los marcianos!

Debido a su alta inteligencia y profundo conocimiento de las tradiciones culturales, Welles se sintió atraído por Europa. Tras la Segunda Guerra Mundial, pasó la mayor parte de su tiempo (y filmó muchas de sus películas) en Italia y España.

LEAR  Elon Musk perdió brevemente su título de persona más rica del mundo frente a Larry Ellison de Oracle

Siguió los toros, año tras año. Como invitado de honor, se codeó con lo más granado de España. Los matadores le dedicaban frecuentemente sus ‘toros’.

Pero España fue para Welles más que un espectáculo; fue un santuario. Para las décadas de 1950 y 1960, era un hombre en constante batalla contra los estudios de Hollywood, la crítica y su propia salud. Transportaba su inmensa corpulencia con dificultad, a menudo aquejado de gota, piernas hinchadas y falta de aliento. Caminar por las calles empedradas de Ronda no era tarea fácil, pero el pueblo le daba paz. Los locales recuerdan verle en bares y cafés, sudando copiosamente en el calor estival, pero siempre rodeado de admiradores.

Era ingenioso, magnético y más grande que la vida, pero también había tristeza en él. Sus amigos decían que Welles se sentía incomprendido, incluso abandonado, por la industria estadounidense que una vez conquistó. España, con sus largas cenas, corridas de toros y tradiciones, le ofreció algo distinto: respeto sin juicios.

Ronda, en particular, se convirtió en su refugio. En El Recreo podía comer, beber y reír con Antonio Ordoñez y su familia, lejos de las presiones de Hollywood. “Encontró en España una especie de familia”, comentó un amigo, “y en Ronda, un hogar”.

El Recreo, con el pozo donde se esparcieron las cenizas de Orson

Resulta interesante señalar que este hombre, un león social en Nueva York, Londres, París y Venecia, eligió que sus cenizas fueran esparcidas en la pequeña Ronda.

Solo podemos suponer que los recuerdos más preciados que llevó consigo hasta su vejez fueron aquellos de tardes tranquilas y bañadas por el sol, riendo y contando historias con queridos amigos, bebiendo sangría alrededor de la mesa del jardín en El Recreo; el lugar donde Orson Welles, con toda su genialidad y su dolor, encontró por fin descanso.

LEAR  El Sistema de Entrada/Salida de la UE será introducido de forma 'progresiva' en la frontera de Gibraltar con España - esto es lo que necesitas saber.

Haga clic aquí para leer más Noticias de España de The Olive Press.