La operación de dos años de duración conjunta entre la Guardia Civil y la Policía Nacional, que logró desarticular una de las organizaciones narcotraficantes más importantes jamás conocidas en Mallorca, incautó 687 kilos de cocaína, 2.500 kilos de hachís, 1,5 millones de euros en efectivo y dieciséis armas de fuego. Setenta y seis individuos resultaron detenidos, de los cuales más de la mitad se encuentran en prisión provisional.
Una vez levantado el secreto de sumario, han salido a la luz numerosos detalles. Una curiosidad es que la cocaína más preciada portaba el ‘sello’ de Vladimir Putin. La imagen del mandatario aparecía en determinados paquetes.
Cocaína con la imagen de Vladimir Putin.
Gran parte de las pruebas contra los cabecillas de la organización –el abogado Gonzalo Márquez y el líder de los United Tribuns, Stefan Milojevic– procede de conversaciones telefónicas interceptadas. En dichas conversaciones se realizan varias referencias a Faustino Nogales, exjefe de una de las brigadas de narcóticos de la Policía Nacional. Al igual que Márquez y Milojevic, fue arrestado el 11 de agosto en lo que resultó ser solo una de una serie de actuaciones policiales, la más reciente de las cuales tuvo lugar la semana pasada.
La relación con Nogales queda al descubierto en estas escuchas. El 21 de mayo de este año, Márquez comentó a Milojevic: “El otro está acojonado”. Acto seguido, añadió: “Faustino, no sé hasta qué punto ha sido un buen recluta. No quiso ser jefe de nada, pero tampoco se marcha”.
Nogales también surgió en una conversación en la que Milojevic barajaba la posibilidad de que hubieran colocado un dispositivo de rastreo en su vehículo –de hecho, Milojevic lo había llevado a un mecánico de confianza para que lo revisara; no se halló ninguno. Esto sucedió a finales de marzo, y ambos lamentaron que Nogales ya no formara parte de la brigada de estupefacientes.
Milojevic afirmó: “¿Sabes lo que le dije? Le dije, Faus, ¿no hay ni un solo tío que…? Con lo corruptos que sois, le dije, ¿no hay nadie a quien se pueda sobornar?”. Márquez replicó: “Son unos criminales, y él es el primero”. Añadió que no soportaba a Nogales y que cada día le caía peor. A lo que Milojevic, refiriéndose a la anterior unidad del inspector, respondió: “El problema es que cuando estaba allí, era útil”.
Milojevic sabía que él y su hermano eran objeto de investigación. Según se alega, dicha información se la facilitó el propio Nogales justo antes de los registros del 11 de agosto. Milojevic tenía la intención de abandonar la isla y conducir hasta Austria.
Aunque sabía que lo investigaban a él, desconocía si también lo hacían con otros miembros de la organización. El policía portuario de Palma, Ángel L., uno de sus colaboradores más cercanos, estaba al tanto del papel de Nogales en la organización y preguntó a Milojevic si este le había informado de “alguna novedad”.
En otra conversación distinta, Márquez se refirió a un teniente de alcalde de Vox como “un amigo muy bueno” suyo. La conversación no especifica nada más sobre la identidad de este edil.
Para las actividades narcotraficantes de la organización, existía lo que equivalía a un catálogo de distintas sustancias, con sus precios y su calidad. Ahí es donde encajaba la cocaína con el sello de Putin; era la mejor. Se vendían cantidades ingentes de droga. Ramón Orta, del clan Orta, fue detenido la semana pasada. Su clan había adquirido 194 kilos de cocaína valorados en aproximadamente cuatro millones de euros.
