Para muchos hombres jóvenes, la masculinidad se vende como una obsesión por las proteínas y una personalidad que responde a la pregunta “¿Qué pasaría si la WWE fuera real, y todo el tiempo?”. Lo que nos lleva al explosivo nuevo documental de Netflix. Untold: The Liver King (disponible el martes 13 de mayo), nombre real Brian Johnson, es un influencer de fitness que promueve un estilo de vida “ancestral” como solución a la enervante modernidad. Esto incluye muchos gritos y entrenamientos extremos, diciendo la palabra “alfa” muchas veces, además de comer una dieta carnívora de órganos animales crudos, incluyendo una cantidad inverosímil de genitales.
Liver King está enojado con las personas adictas a los teléfonos. Trabaja con una agencia de marketing para crear videos publicitarios diseñados específicamente para ellos. La escena inicial muestra a Liver King tirando de un camión con una cadena. Una actividad famosa de cavernícola. Mientras tanto, otros hombres empujan el camión desde atrás. Liver King sabe que no todos pueden adoptar por completo lo primitivo, así que vende una gama de suplementos nutricionales que le generan ingresos anuales superiores a los $100 millones. Uno pensaría que solo comerciaría con piedras brillantes, y en cierto sentido lo hace.
Después de haber atribuido piadosamente su cuerpo inhumanamente musculoso y parecido a una castaña a los beneficios de comer órganos y participar en podcasts, se demuestra que Johnson ha estado inyectando esteroides por más de $11,000 al mes. Lo hace ante la cámara. Posteriormente confiesa una vida de comportamiento estafador, cada capítulo extraordinario de los cuales podría justificar su propio análisis profundo.
La trayectoria es inevitable, pero Untold: The Liver King tiene un as bajo la manga. Es tan divertido. “¿Por qué comer verduras cuando puedes comer testículos?” es su mantra. Describe su primer orgasmo, una eyaculación espontánea mientras hacía press de banca. Sentimos la alegría de los cineastas por su sujeto, que tiene más momentos citables que el libro de los Salmos. “¿De dónde viene el oxígeno?” pregunta Johnson a sus hijos, quienes inevitablemente están distraídos o se ríen de él. “Del viento”.
La diversión al estilo de la caricatura de Hulk Hogan se ve complicada por las implicaciones de su realidad. Johnson es demostrablemente un idiota, un mentiroso empedernido, una parodia de un influencer y un paradigma de la masculinidad tóxica. Literalmente. En una escena perturbadora, instruye a sus hijos adolescentes a diseccionar un toro moribundo en un campo y comer sus órganos palpitantes. Casi puedes saborear la salmonela y la E. coli. Es impactante, pero te aconsejaría que cierres la boca.
Su relación con sus hijos “débiles”, Rad “Ical” Johnson y Stryker “el Bárbaro” Johnson, es la angustia central. Johnson exige a Stryker pronunciar la palabra “filete” con más énfasis gutural. Stryker no le dice a sus padres cuando se ha roto la pierna, sabiendo que desprecian la medicación para el dolor. Los chicos comen 15 huevos crudos al día, y se revela que una mujer de los servicios de protección infantil hace visitas regulares. “Ella dice: ‘¿Por qué estoy aquí? Estos chicos son geniales'”, presume el patriarca delirante. El pesar original de Liver King es que su padre murió cuando él tenía un año; sigue ciego ante el hecho de que ha privado a sus propios hijos de una figura paterna estable. Podrían haber llamado a esto El Hombre de Carne Está en Problemas.
Ofertas similares de streaming, como Devil in the Family, dividen su arco en tres episodios o más. The Liver King tiene una duración de 70 minutos, todo proteína, y hace que uno desee que fuera más largo. La astucia del director Joe Pearlman brilla a través, fusionando elementos de Tiger King, Spinal Tap y tragedia clásica. Mientras el sol se pone, el programa nos invita de manera intrigante a cuestionar elementos cruciales de lo que ha sucedido antes, ya que los documentales bien estructurados y los videos en línea comparten algunos trucos narrativos.
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Las historias de influencers colapsando no pueden evitar ser parábolas modernas; son los tótems huecos de lo que valoramos. El escándalo solo daña a aquellos que tienen vergüenza. El documental deja a un Johnson optimista que ha metabolizado su experiencia, y cree que su reinado apenas está comenzando. Ha convertido su rancho en una tienda de productos y lugar de reunión para cualquier “primitivo” que aún crea en su mensaje. “La gente dice, ¿por qué no tienes un retiro, algo así?” dice Johnson. “Vamos a tener 302 de ellos.” Que viva el rey.