La economía británica experimentó un crecimiento a su ritmo más rápido en un año durante el primer trimestre de 2025, según cifras oficiales publicadas el jueves, lo cual representa un impulso positivo para el gobierno socialista, que ha hecho del aumento del crecimiento del país su máxima prioridad.
La Oficina de Estadísticas Nacionales informó que el crecimiento, medido por el producto interno bruto, aumentó un 0,7% en el primer trimestre del año con respecto al trimestre anterior, destacándose el sector de servicios como dominante en el país.
Este crecimiento en el primer trimestre coloca a la economía británica como la de mayor crecimiento entre el grupo de siete naciones industrializadas líderes.
El aumento del primer trimestre superó ligeramente las expectativas del mercado de un incremento del 0,6%. Además, fue el mayor aumento desde el primer trimestre de 2024, cuando la economía se expandió un 0,9%.
La directora del Banco Central, Rachel Reeves, acogió con satisfacción este aumento en el crecimiento, señalando que las medidas tomadas por el gobierno desde su elección en julio pasado comenzaban a dar frutos.
“Estamos en camino de convertirnos en la economía de mayor crecimiento en el G-7 en los primeros tres meses de este año, lo cual es extremadamente positivo, pero sé que aún queda mucho por hacer”, expresó durante una visita a una industria Rolls-Royce en Derby, en el norte de Inglaterra.
La mayoría de los economistas creen que es probable que la velocidad de crecimiento disminuya en el segundo trimestre del año, en parte debido a la incertidumbre general generada por las políticas arancelarias del presidente estadounidense Donald Trump.
Aunque la mayoría de los aranceles se suspendieron durante 90 días después de la agitación en los mercados, incluido el arancel del 10% aplicado a los productos del Reino Unido que ingresan a los EE. UU., el panorama económico en general sigue siendo muy incierto, especialmente si la guerra comercial entre Estados Unidos y China persiste.
Parte de esa incertidumbre con respecto a la economía británica se disipó el jueves cuando Trump y el primer ministro británico Keir Starmer revelaron detalles por separado de un acuerdo comercial entre Estados Unidos y el Reino Unido. Aunque Trump mantuvo el arancel del 10% sobre los productos del Reino Unido, acordó eliminar los gravámenes sobre los automóviles británicos, el acero y el aluminio.
Sanjay Tajada, economista principal del Reino Unido en Deutsche Bank, señaló que es probable que el aumento en el crecimiento sea de corta duración, especialmente durante el segundo trimestre cuando la incertidumbre comercial esté en su punto máximo.
“Es probable que los exportadores experimenten una demanda más débil además de los mayores aranceles impuestos por EE. UU. y una demanda general más baja”, explicó.
Los economistas indicaron que es probable que el crecimiento se tambalee en el segundo trimestre, ya que se introdujeron nuevos impuestos a las empresas en abril. Asimismo, se espera que una serie de aumentos de precios durante el mes, incluidas las facturas de energía y agua, limiten la demanda del consumidor.