Restricciones a las importaciones de porcino tras un positivo por peste porcina africana.
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Las autoridades británicas han actuado con celeridad tras detectarse un foco de peste porcina africana cerca de Barcelona, bloqueando con efecto inmediato las importaciones de carne de cerdo fresca procedentes de España. La prohibición, confirmada por el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra), implica que todo el porcino español y demás productos afectados que arriben al Reino Unido serán retenidos en los puestos de control fronterizo «hasta nuevo aviso».
Esta medida se produce apenas unos días después de que España notificara sus primeros casos de la enfermedad en más de treinta años. El brote se confirmó el miércoles en Bellaterra, en las afueras de la capital catalana –una localización que ha desatado una preocupación inmediata más allá de las fronteras españolas.
El Reino Unido bloquea el porcino español por la alerta de peste porcina
Defra ha señalado que la decisión es una mera precaución para proteger la cabaña ganadera británica. La peste porcina africana o PPA es una enfermedad vírica grave y altamente contagiosa que afecta a cerdos y jabalíes, resultando a menudo fatal para las piaras. Se propaga con facilidad mediante contacto directo entre animales, equipos o vehículos contaminados, indumentaria e, incluso, a través de restos de alimentos.
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Las autoridades se apresuraron a tranquilizar a la ciudadanía, asegurando que la PPA no supone ningún riesgo para las personas. No guarda relación con la gripe porcina y no puede transmitirse a los humanos mediante el consumo de carne de cerdo. El peligro recae sobre el ganado –una vez que el virus se introduce en una población porcina, el impacto puede ser devastador.
«Como medida de precaución, toda la carne de cerdo fresca y demás productos afectados procedentes de España quedarán retenidos en los puestos de control fronterizo hasta nuevo aviso», confirmó Defra, añadiendo que se monitoriza la situación de cerca y que las medidas se someterán a una reevaluación constante.
La industria porcina española, de 3.500 millones de dólares, se enfrenta a nuevas presiones
El brote y las consiguientes prohibiciones llegan en un momento delicado para el sector agrario español. España es actualmente el principal productor de porcino de la Unión Europea, acaparando aproximadamente una cuarta parte de la producción total de la UE, por delante de Alemania. Las exportaciones de porcino suponen un negocio de gran envergadura, con un valor estimado de 3.500 millones de euros anuales.
La principal asociación agraria de España, Asaja, manifestó que los productores están preparados para afrontar la situación, pero advirtió de que persiste un problema de mayor calado: la creciente población de animales silvestres.
El colectivo ha instado a las autoridades españolas a actuar contra lo que denominó la «presencia descontrolada» de fauna silvestre, particularmente de jabalíes, los cuales pueden desempeñar un papel crucial en la dispersión del virus desde los bosques hacia las zonas de explotación ganadera.
La respuesta internacional fue rápida. China también ha suspendido las importaciones de porcino de la provincia de Barcelona, subrayando así la magnitud de la preocupación en torno al brote y la celeridad con la que pueden cerrarse las rutas comerciales cuando emergen enfermedades animales.
Qué implica para consumidores y viajeros
Aunque los titulares puedan sonar alarmantes, es improbable que el impacto para la mayoría de los consumidores británicos sea inmediato. El Reino Unido se abastece de porcino de varios países, además de su producción nacional, lo que significa que, de momento, los estantes deberían mantenerse surtidos. No existe riesgo sanitario alguno para los consumidores, y los productos porcinos que ya se encuentran en el Reino Unido no se ven afectados.
Dicho esto, una disrupción prolongada podría tensionar las cadenas de suministro si las restricciones se extienden o se mantienen durante un período largo –algo que el mercado observará con atención.
Para los viajeros, el mensaje del gobierno es claro: no introducir productos cárnicos en el país. El año pasado, Defra ya endureció la normativa sobre la importación personal de productos porcinos debido a la preocupación por la PPA. A principios de este año, el Reino Unido dio un paso aún más firme al prohibir a los viajeros introducir carne y productos lácteos de todos los países de la UE, tras surgir alertas por casos de fiebre aftosa en otras partes de Europa.
Las nuevas medidas refuerzan ahora esa postura, habiéndose instruido a los funcionarios de fronteras para que intercepten los productos prohibidos antes de que ingresen en la cadena alimentaria.
Aunque por el momento la PPA se circunscribe a una pequeña área cerca de Barcelona, las autoridades de toda Europa permanecen en máxima alerta. La experiencia en otros países ha demostrado que, una vez que el virus se propaga entre las poblaciones silvestres, su control se vuelve mucho más complejo.
Por ahora, los reguladores británicos optan por la prudencia –deteniendo el porcino español en la frontera mientras vigilan de cerca la evolución de los acontecimientos en Cataluña. La esperanza reside en que una contención temprana permita levantar las restricciones de forma discreta antes de que los consumidores lleguen siquiera a percatarse del cambio.
Mas este episodio vuelve a poner de manifiesto cuán interconectados están los mercados alimentarios europeos –y la rapidez con la que un brote local puede generar ondas de choque en el comercio internacional.
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