El 23 de septiembre, cuando Azam Khan, líder del Partido Samajwadi (SP), salió de la cárcel de Sitapur después de 23 meses de encarcelamiento, cientos de seguidores lo recibieron con eslóganes y dulces. Después de una larga lucha para que se anularan los 104 casos en su contra o para conseguir la libertad bajo fianza, el Sr. Khan parecía un patriarca en el ocaso de su carrera política. Había desaparecido su rugido sin límites y el sarcasmo mordaz de sus tiempos de gloria. Incluso cuando sus seguidores gritaban la consigna ‘Inquilab aaya (La revolución ha llegado)’, él simplemente les saludó con la mano. Mientras hablaba lentamente de cómo el encarcelamiento lo mantuvo alejado de las vicisitudes del mundo político y de su necesidad de recuperación médica, la revolución era lo más lejano en su mente. Solo una vez se permitió un flashback alzando un puño hacia sus supuestos oponentes cuando llegó a la ciudad de Rampur.
Durante décadas, Rampur había sido su guarida. La semana pasada, era simplemente su hogar. Su caravana se había detenido. Sus seguidores, que durante años se alineaban en las calles, se redujeron a unos pocos cientos. El presidente del partido, Akhilesh Yadav, había hecho comentarios favorables ese mismo día sobre que el Sr. Khan era una víctima de la política de venganza del gobierno de Adityanath y había prometido enterrar todos los casos en su contra una vez que el SP asumiera el poder. Pero la ausencia del Sr. Yadav en Sitapur y Rampur dió crédito a la sensación de que el Sr. Khan había sido dejado a su suerte. Él era el ‘Viejo Turco’ en un partido dirigido por gente joven. Tras su liberación, lo recibió su leal seguidora, la diputada de Moradabad, Ruchi Veera. Quien no estaba en la escena era el diputado de Rampur, Mohibbullah Nadwi. Con la presencia de la Sra. Veera y la ausencia del Sr. Nadwi, quedaron trazadas las líneas de batalla tanto para el SP como para uno de sus padres fundadores.
El año pasado, mientras el Sr. Khan esperaba en la cárcel de Sitapur, se dice que el Sr. Yadav eligió a dos candidatos, el Sr. Nadwi y S.T. Hasan, para las circunscripciones de Rampur y Moradabad, respectivamente. El Sr. Nadwi, como imán de la Jama Masjid en Nueva Delhi, fue la apuesta de última hora del Sr. Yadav, mientras que el Sr. Hasan era el diputado en ejercicio que había resistido la imparable marcha de las fuerzas hindutva en las elecciones generales de 2019.
Al Sr. Khan no le gustó nada. Su respuesta clara a la elección del partido significó que el Sr. Hasan fue reemplazado en el último minuto por la Sra. Veera, aunque su candidato preferido no recibió el visto bueno del Sr. Yadav en Rampur. El Sr. Khan había ganado la mitad de la batalla.
Mientras muchos anticipan que la guerra territorial se reanudará, algunos confidentes del Sr. Khan han filtrado información selectivamente a los medios de que su esposa y exdiputada de Rajya Sabha, Tazeen Fatima, se reunió recientemente con la líder del Bahujan Samaj Party, Mayawati, y que el Sr. Khan podría estar listo para ‘montar el elefante’. Otros señalan con deseo que el Sr. Khan podría unir fuerzas con Asaduddin Owaisi para movilizar a la juventud musulmana. Nada más lejos de la realidad. El Sr. Khan siempre ha sido un hombre independiente, un general político que prospera con la pasión de las multitudes anónimas. El legislador por décima vez está en su mejor momento cuando se enfrenta a un adversario. Durante años, fue el hombre de confianza de Mulayam Singh Yadav hasta que fue brevemente superado por Amar Singh. Esto llevó a una situación peculiar donde el Sr. Khan no se rebeló abiertamente contra el mayor Yadav, pero cuidó su ego herido en casa. Mientras tanto, la candidata favorita del Sr. Singh, la estrella de cine Jayaprada, ganó el escaño de Rampur para el partido por segunda vez en 2009. El Sr. Khan se tragó el sapo pero regresó para derrotarla una década después cuando ella era la candidata del BJP.
El desafío esta vez es mayor. El Sr. Yadav es el líder indiscutido del partido y el gobierno de Adityanath no siempre ha sido transparente al imponer casos contra oponentes políticos. La familia del Sr. Khan enfrenta unos 160 casos. Peor aún, el Sr. Khan está descalificado para contender en elecciones. En el mejor de los casos, puede asumir el papel de un control remoto y apoyar a sus leales. Es un papel que será extraño para un hombre que ha disfrutado de los focos desde principios de los años 90, cuando muchos de sus discursos incendiarios pasaron como el grito angustiado de las minorías. De hecho, con su postura agresiva durante la agitación de Ayodhya, el Sr. Khan prometió una revolución que llevaría a las masas a las calles para cumplir sus demandas y se erigió como el único portavoz de la minoría más grande de Uttar Pradesh.
Ese es un papel para el que ya no puede hacer audición. Una vez fue el rey del tablero de ajedrez político, ahora Azam Khan puede aspirar, como mucho, a ser el caballo.
Publicado – 29 de septiembre de 2025 02:43 am IST