En respuesta al disparo descontrolado de los precios de alquiler en la Costa del Sol, el lujoso hotel cinco estrellas Puente Romano, en Marbella, acaba de adquirir un inmueble para alojar a su personal, con planes de tenerlo operativo para 2026.
La medida, calificada como “innovadora” por el director del establecimiento, Gonzalo Rodríguez, aborda el acuciante deficit de vivienda en Marbella, donde los elevados costes imposibilitan la contratación de personal cualificado para el sector servicios —hoteles, restaurantes, comercios— especialmente durante temporada alta.
El edificio, concebido inicialmente como hotel aunque nunca llegó a funcionar como tal, se ubica a diez minutos del Puente Romano y a escasa distancia a pie del centro marbellí. Rodríguez señaló que la instalación será reformada para albergar empleados, y se prevé que comience su actividad en 2026 ó 2027, pendiente de los permisos y licencias correspondientes. Aunque el complejo opera todo el año con una plantilla mayoritariamente local, la crisis inmobiliaria ha motivado esta inversión estratégica.
Puente Romano y otros hoteles de la Costa del Sol aportan soluciones a la crisis de vivienda
Otros establecimientos de la región estudian medidas similares. Federico López, director regional de la cadena Monarque en Andalucía, asegura que existen serias dificultades de contratación en Marbella debido a alquileres inasumibles y carreteras colapsadas, que complican los desplazamientos desde zonas como Málaga o el interior de Coín. Mientras que los hoteles de Monarque en Fuengirola se benefician de la cercanía del tren a Málaga, la falta de infraestructuras de transporte en Marbella agrava el problema. López indicó que la cadena ofrece alojamiento limitado para cierto personal, como animadores, pero valora soluciones más amplias para futuras campañas de contratación.
Por su parte, el Wyndham Grand Costa del Sol, ubicado en La Cala de Mijas, planea implantar un servicio de autobús en 2026 para transportar empleados desde áreas como Málaga, Coín o el Valle del Guadalhorce. Según su director, Curro Marcos, los problemas de movilidad —atascos y alto precio de la gasolina— disuaden a potenciales trabajadores, ya que el costo de la vivienda suele superar los ingresos de un empleo estacional. Estos desafíos impactan además en la productividad laboral y la moral del equipo, con retrasos que afectan a servicios críticos como recepción o limpieza.
Noelia Castillo, directora del Don Pepe Gran Meliá en Marbella, ha declarado que, si bien su plantilla es estable y cuenta principalmente con empleados locales y fijos, una posible expansión futura podría toparse con obstáculos de reclutamiento.
En definitiva, en un contexto marcado por la precariedad habitacional y la falta de movilidad, estas iniciativas ponen de manifiesto una tendencia al alza entre los hoteles de lujo: invertir en el bienestar de sus empleados para garantizar la calidad del servicio y la eficiencia operativa.
