El Programa de Reciclaje de Baterías de la Industria Automotriz está Envenenando a la Población

Un POLVO VENENOSO cae del cielo sobre el pueblo de Ogijo, cerca de Lagos, Nigeria. Cubre los pisos de las cocinas, los huertos, los patios de las iglesias y las escuelas.

El hollín tóxico sale de fábricas rudimentarias que reciclan plomo para empresas estadounidenses.

Con cada respiración, la gente inhala partículas invisibles de plomo que entran en su torrente sanguíneo. El metal se filtra en sus cerebros, causando estragos en sus sistemas nerviosos. Daña el hígado y los riñones. Los niños pequeños ingieren el polvo al gatear por el suelo, los parques y los patios, y luego se meten las manos en la boca.

El plomo es un elemento esencial en las baterías de coche. Pero minarlo y procesarlo es caro. Por eso, las empresas han recurrido al reciclaje como una fuente más barata y aparentemente sostenible de este metal peligroso.

Mientras Estados Unidos endurecía las regulaciones sobre el procesamiento de plomo para proteger a sus ciudadanos en las últimas tres décadas, encontrar plomo nacional se volvió un desafío. Entonces, la industria automotriz miró al extranjero para suplementar su suministro. Al hacerlo, los fabricantes de coches y baterías trasladaron las consecuencias sanitarias del reciclaje de plomo a países donde la aplicación de la ley es laxa, los análisis son raros y los trabajadores están desesperados por empleo.

Setenta personas que viven cerca y trabajan en fábricas alrededor de Ogijo se ofrecieron voluntariamente para que The New York Times y The Examination les hicieran un análisis de sangre. Siete de cada diez tenían niveles dañinos de plomo. Todos los trabajadores estaban envenenados.

Más de la mitad de los niños examinados en Ogijo tenían niveles que podrían causar daño cerebral de por vida.

Fuente: Sustainable Research and Action for Environmental Development (SRADev Nigeria)

Muestras de polvo y suelo mostraron niveles de plomo hasta 186 veces más altos de lo que se considera generalmente peligroso. Más de 20,000 personas viven en un radio de una milla de las fábricas de Ogijo. Los expertos dicen que los resultados de los análisis indican que probablemente muchos de ellos están siendo envenenados.

Se estima que el envenenamiento por plomo en todo el mundo causa muchas más muertes cada año que la malaria y el VIH/SIDA juntos. Causa convulsiones, derrames cerebrales, ceguera y discapacidades intelectuales de por vida. La Organización Mundial de la Salud deja claro que ningún nivel de plomo en el cuerpo es seguro.

El envenenamiento de Ogijo es representativo de un desastre de salud pública evitable que se está desarrollando en comunidades de toda África. El hollín de plomo de una fábrica cae sobre granjas de tomate y piña cerca de una aldea en Togo. Otra fábrica ha contaminado un campo de fútbol en Dar es Salaam, la ciudad más grande de Tanzania. En Ghana, un reciclador funde plomo al lado del gallinero de una familia.

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Las fábricas en Ogijo y sus alrededores reciclan más plomo que en cualquier otro lugar de África. Solo el año pasado, Estados Unidos importó suficiente plomo de Nigeria para fabricar millones de baterías. Los fabricantes que usan plomo nigeriano hacen baterías para grandes marcas de automóviles y minoristas como Amazon, Lowe’s y Walmart.

Ogijo, Nigeria es el corazón del reciclaje de plomo en África.

Finbarr O’Reilly for The New York Times

Una sesión bíblica dominical junto a una planta de fundición de plomo.

Finbarr O’Reilly for The New York Times

La industria automotriz promociona el reciclaje de baterías como una historia de éxito ambiental. El plomo de las baterías viejas, cuando se recicla de forma limpia y segura, puede fundirse y reutilizarse una y otra vez con una contaminación mínima.

Pero las empresas han rechazado propuestas para usar solo plomo certificado como producido de forma segura. Los fabricantes de automóviles han excluido el plomo de sus políticas ambientales.

Los fabricantes de baterías confían en las garantías de las empresas comerciales de que el plomo se recicla de forma limpia. Estos intermediarios dependen de auditorías superficiales que hacen recomendaciones, no exigencias.

En efecto, la industria construyó un sistema de suministro global en el que todos los involucrados pueden decir que alguien más es responsable de la supervisión.

Nigeria, el motor económico de África Occidental, es una de las fuentes de plomo reciclado de más rápido crecimiento para las empresas estadounidenses.

Fuente: U.S. Census Bureau

Ogijo y las comunidades cercanas forman el corazón de la industria, con al menos siete recicladores de plomo. Dos fábricas están cerca de internados. Otra está frente a un seminario. Otras están rodeadas de viviendas, hoteles y restaurantes.

Uno de los recicladores de plomo más grandes y sucios en Ogijo es True Metals. Ha suministrado plomo a fábricas que hacen baterías para Ford, General Motors, Tesla y otros fabricantes de automóviles, según los registros. True Metals no respondió a las preguntas sobre sus prácticas o los resultados de los análisis de plomo.

Una escuela cerca de la planta de True Metals en Ogijo.

Finbarr O’Reilly for The New York Times

Deborah Olasupo, 16, en casa. “Cuando fregamos el suelo”, dijo su madre, “nuestros pies se ponen negros”.

Finbarr O’Reilly for The New York Times

Hace cuatro años, Oluwabukola Bakare estaba embarazada de su quinto hijo cuando se mudó a una casa en Ogijo con vista a una fábrica de reciclaje de baterías.

El humo se filtraba por las ventanas por la noche, haciéndo toser a su familia y dejando un polvo negro en el suelo y en la comida.

“Por la mañana, cuando mirábamos afuera, el suelo parecía cubierto de carbón”, dijo la Sra. Bakare.

Los análisis revelaron que su hijo Samuel, de 5 años, tenía un nivel de plomo en sangre de 15 microgramos por decilitro, tres veces el nivel en el que la Organización Mundial de la Salud recomienda actuar. Su hermano Israel, de 8 años, tenía un nivel aún más alto.

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La Sra. Bakare, de 44 años, ha trabajado dentro de las fábricas de reciclaje de baterías durante años, limpiando baños y lavabos. Su análisis mostró que tenía un nivel de plomo de 31.1 microgramos por decilitro, que se asocia con complicaciones como abortos espontáneos y partos prematuros.

Ahora se pregunta si el humo contribuyó al nacimiento prematuro de su hijo a los siete meses.

Para entender la extensión de la contaminación en Ogijo, considere lo que sucedió hace más de una década en Vernon, California, el sitio de uno de los peores casos de contaminación por plomo en la historia moderna de Estados Unidos. Los análisis de suelo alrededor de una planta de reciclaje revelaron altos niveles de plomo, incluso en un preescolar cercano. Las autoridades calificaron el área de desastre ambiental. La fábrica cerró. La limpieza continúa hoy.

El suelo del preescolar en California contenía plomo a 95 partes por millón.

En Ogijo, el suelo de una escuela tenía más de 1,900 partes por millón.

Fuentes: Análisis de suelo por Sustainable Research and Action for Environmental Development (SRADev Nigeria); Imagen satelital de Planet Labs.

Todo esto es evitable. Las baterías de plomo sí se pueden reciclar tan limpiamente como se anuncia. En Europa, dicen los expertos, algunas fábricas de reciclaje están impecables. Pero eso requiere millones de dólares en tecnología.

Roger Miksad, presidente de Battery Council International, un grupo de la industria, dijo que los fabricantes estadounidenses obtienen el 85% de su plomo de recicladores en Norteamérica, donde las regulaciones son generalmente estrictas.

En cuanto a la cantidad creciente del extranjero, dijo que su grupo condena las prácticas inaceptables y asesora a los recicladores de plomo sobre cómo mejorar las condiciones.

“Pero al final del día”, dijo el Sr. Miksad, “depende de los gobiernos y reguladores regionales y locales hacer cumplir las leyes en sus países”.

La mayoría de las grandes compañías de automóviles no se pronunciaron sobre los hallazgos del Times y Examination sobre el plomo contaminado de Nigeria. Volkswagen y BMW dijeron que lo investigarían. Subaru dijo que no usaba plomo reciclado de ninguna parte de África.

Sin embargo, los resultados de los análisis confirman años de investigación sobre el costo de la industria en África.

Un estudio del 2010 encontró envenenamiento generalizado por plomo entre los trabajadores de un reciclador llamado Success Africa en Ghana. El nivel de plomo de un empleado era tan alto que los médicos se sorprendieron de que estuviera vivo. (Success Africa no respondió a las solicitudes de comentarios).

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Sin embargo, la fábrica permaneció abierta y en los últimos años ha vendido plomo a un proveedor de baterías para BMW, Volkswagen y Volvo. El Ministerio de Salud de Ghana encontró recientemente que el 87% de los niños que viven cerca de Success Africa tenían envenenamiento por plomo.

Casi todo el plomo reciclado en África se usa para hacer placas de electrodos para baterías. Debido a que el plomo de varias fuentes se combina durante la fabricación, es imposible que los consumidores sepan el origen del plomo en las baterías de sus coches.

Los funcionarios nigerianos están mal equipados para monitorear todo esto. El gobierno está luchando contra una insurgencia armada y una corrupción endémica y tiene dificultades para proporcionar servicios de salud básicos, incluso para preocupaciones urgentes como la malaria. El poder está disperso entre autoridades federales, estatales y locales. Los monarcas locales tienen un poder en gran parte ceremonial.

En Ogijo, el reciclaje es un proceso sucio y peligroso. Comienza con una batería usada. Hay muchas; Estados Unidos envía decenas de miles de coches de segunda mano a Nigeria cada año.

En estas fábricas, conocidas como fundiciones, el plomo de las baterías se funde y purifica dentro de un horno y luego se moldea en barras. Esta es la fuente del humo venenoso que flota sobre Ogijo.

Fuente: Fotogramas de video del interior de True Metals.

A media hora de True Metals, el rey de Ogijo, Kazeem Kashimawo Olaonipekun Gbadamosi, se sentó en un trono de madera tallada y se reclinó sobre cojines de terciopelo rojo. “Solo quiero cerrarlas todas”, dijo el rey.

Sus súbditos se han quejado durante años sobre las fábricas, que se encuentran entre otras plantas de metales. En encuestas encargadas por The Times y The Examination, la gente reportó síntomas comunes de envenenamiento por plomo: dolores de cabeza, dolores de estómago, convulsiones, retrasos en el aprendizaje y otras quejas neurológicas.

Los residentes contaron sus esfuerzos para presionar a las fábricas para que mejoren: visitas realizadas, quejas presentadas. Ya en 2018, el periódico local Business Day escribió sobre la contaminación por plomo en Ogijo. Los gerentes de las fábricas a menudo se disculpaban y prometían mejoras, dijeron los residentes. A veces, las empresas instalaban líneas eléctricas y añadían farolas para compensar. Pero la contaminación continuaba.

A pesar de la exasperación del rey, el poder real reside con los líderes en la capital, Abuja. “El gobierno siempre dice: ‘No, no, no, solo dales tiempo. Dejemos que cambien'”, dijo el rey.

Además, sus súbditos querían las fábricas limpias, no cerradas. Ogijo está lleno de personas que pasan sus días sacando sustento de oportunidades escasas. Los niños recogen trozos de plástico que sus madres lavan y venden a los recicladores. Los hombres se agachan en la tierra, usando rocas para abrir viejos cables y extraer cobre.

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