COMUNICADO
La Unión Europea debe acelerar las negociaciones con Estados Unidos para establecer un sistema de contingentes arancelarios (TRQ) y así eludir los gravámenes exorbitantes del 50% vigentes sobre el acero y el aluminio, declaró a Euronews el Director General de la Asociación Europea del Acero (Eurofer), añadiendo que dicho acuerdo podría incluso facilitar la cooperación frente a las sobrecapacidades chinas en el sector.
Estos mecanismos de TRQ permiten importar cantidades específicas de acero y aluminio bajo un arancel reducido o nulo, aplicándose una tasa muy superior a cualquier volumen adicional.
"Los contingentes arancelarios son el único compromiso que hemos alcanzado con EE. UU.", afirmó Axel Eggert. "No son ideales, pero al menos permiten mantener nuestras exportaciones, algo que ahora es completamente distinto".
El sistema de TRQ para el acero y el aluminio fue implementado durante la administración Biden para reemplazar los aranceles del 25% sobre el acero y del 10% sobre el aluminio impuestos por Trump. Permitió la entrada a EE. UU. de hasta 3,3 millones de toneladas de acero y 384 mil toneladas de aluminio de la UE libres de impuestos, gravándose cualquier excedente. No obstante, desde su regreso al poder, el presidente Donald Trump ha reinstaurado aranceles del 25% sobre estos metales, incrementados al 50% en junio y extendidos el 19 de agosto a unos 400 productos derivados del acero.
Tras semanas de tensiones comerciales que afectaron a todos los productos industriales europeos —no solo al acero y aluminio—, EE. UU. y la UE alcanzaron un acuerdo que fijó los aranceles sobre productos de la UE en un 15%, con la excepción significativa de estos dos metales.
Sin embargo, la declaración conjunta establece que las partes "pretenden estudiar la posibilidad de cooperar para proteger sus mercados internos de la sobrecapacidad, garantizando al mismo tiempo cadenas de suministro seguras, incluso mediante soluciones basadas en contingentes arancelarios".
"Esperábamos que hubiera un compromiso claro por parte de EE. UU. de mantener el contingente arancelario que teníamos anteriormente", señaló Eggert. "Ese era nuestro objetivo, y también el de la Comisión, pero finalmente no se logró incluir".
El máximo representante de Eurofer también indicó que Estados Unidos y la UE podrían formar un frente común para combatir la sobrecapacidad china en el sector siderúrgico.
Según datos de la OCDE, el año pasado se registró una sobrecapacidad global de acero de 600 millones de toneladas, y se prevé que esta alcance los 720 millones el próximo año.
"China está subsidiando masivamente su industria steelera", afirmó Eggert, señalando que el gigante asiático cuenta con un exceso de capacidad de más de 500 millones de toneladas.
Cuando Trump impuso aranceles globales del 25% sobre el acero y el aluminio en marzo, esto fue absorbido por los productos baratos chinos, explicando así por qué los aranceles estadounidenses fueron elevados al 50%.
El tema de la sobrecapacidad ha sido central en las negociaciones entre EE. UU. y la UE durante los últimos meses, habiendo presionado la Comisión por una mayor cooperación bilateral.
"Si unes a los dos mercados más grandes del mundo, EE. UU. y la UE, se genera un poder de mercado tal que no deja espacio para empresas que operen con sobrecapacidad", argumentó Eggert. "Por lo tanto, es imperative que se contenga este exceso".
En 2021, la administración Biden y la Comisión Europea iniciaron negociaciones para un Acuerdo Global sobre el Acero y el Aluminio Sostenible (GASSA), con el fin de combatir la sobrecapacidad y fomentar la producción con bajas emisiones. No obstante, las tratativas se interrumpieron tras el retorno de Trump al poder.
"Existe la posibilidad de retomarlas, puesto que el gobierno estadounidense ya había trabajado el tema con gran nivel de detalle", indicó Eggert, señalando que uno de los puntos pendientes era el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM) de la UE, que grava las importaciones de productos contaminantes y ha generado rechazo en Washington.
